Mendoza señaló que un asunto a tener en cuenta es que, en caso de que el peso pase a tener valor cero y que se adopte al dólar estadounidense como moneda de cambio en Argentina, lo que se va a estar haciendo en la práctica es obligar a utilizar una moneda que no es de amplia disponibilidad, lo cual en la actualidad ya crea un escenario que incentiva la fuga de divisas por medio del mercado negro que opera en nuestro país.
En ese sentido, el titular de la ACCPy aseguró que el plan que impulsa el presidenciable argentino Javier Milei puede ir agudizando la problemática. “Este es un fenómeno que se va acentuando a medida que transcurre el tiempo, recordemos que Argentina está sin reservas de dólares prácticamente, no pueden hacer importaciones de materias primas para medicamentos y otros, está limitada su importación por la falta de dólares en su mercado y eso tiene que prender las alarmas en nuestra economía. Si Argentina se dolariza, la economía argentina, que es mucho más grande que la nuestra, va a estar sedienta de nuestros dólares y como tenemos un mercado permeable a través del mercado paralelo, ese es un nicho donde fácilmente ellos se pueden surtir de esta moneda y perjudicar hasta nuestras reservas”, señaló.
Al respecto, cabe recordar que el Banco Central del Paraguay (BCP) suele realizar operaciones de venta de divisas en caso de que la cotización del dólar presione mucho al alza. Si una mayor demanda de monedas empuja la cotización hacia arriba, la banca matriz se vería obligada a inyectar dólares y esto reduciría las reservas internacionales, según lo estimado.
mecanismo. Mendoza comentó que el circuito de fuga de dólares en nuestro país inicia con empresarios argentinos que en general envían personas con pesos argentinos al Paraguay, con el fin de cambiarlos a dólares de EEUU y llevarlos a Argentina. Estas personas cambian sus pesos a dólares en el mercado negro al verse imposibilitados por las regulaciones del Banco Central a realizar el cambio en el mercado legal, señaló.
Agregó que una vez realizado el cambio, el argentino vuelve con dólares a su país, que generalmente se entregan a las empresas que los usan como moneda de atesoramiento. Posteriormente, el cambista informal entrega los pesos a un pasero para hacerlos pasar de Paraguay a las ciudades limítrofes y entregarlos para la logística de compra de mercaderías, que ingresan a nuestro país de contrabando, por las cuales se cobra en guaraníes o en dólares.