Los diputados y diputadas que aprobaron el cercenamiento al Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI) no representan a la ciudadanía como lo establecen los preceptos republicanos. Al responder a intereses particulares, atentan contra principios básicos de la democracia e hipotecan el futuro del país.
Paraguay se encuentra en plena etapa de bono demográfico. Es decir, tenemos más jóvenes y personas adultas con posibilidades de trabajar y producir excedentes para el país de manera a ahorrar para el futuro e invertir en la niñez y adolescencia que está creciendo para reemplazarlos más adelante.
Si los que hoy son jóvenes y la niñez que viene detrás no son educados ni reciben buenas atenciones en salud, no habrá capital humano y, con ello, se pierde la oportunidad que ofrece el bono demográfico. Este bono se acaba alrededor de la mitad de este siglo (2050-2055), momento en que estarán en plena actividad productiva los niños, niñas y adolescentes que hoy son sacrificados por el recorte de los fondos.
En los próximos quinquenios también enfrentamos los vencimientos de capital de los bonos soberanos emitidos desde 2012, unos 5.000 millones de dólares. Esa deuda deberá ser pagada con los impuestos que aporte la ciudadanía a través de su trabajo.
¿Somos conscientes de que no hay forma de generar suficientes impuestos con una fuerza de trabajo informal, vulnerable, precaria, con baja productividad e ingresos? Los niños, niñas y adolescentes que hoy sufrirán el efecto de la reducción de los fondos del FEEI serán quienes deberán pagar esta deuda.
A pesar del momento histórico en el que nos encontramos para aprovechar al máximo la oportunidad de formar la fuerza de trabajo que exige el país hoy y en el futuro, los parlamentarios, en lugar de legislar a favor de objetivos nacionales, han tomado una decisión en contra de la ciudadanía dando cuenta de su irresponsabilidad y casi nulo compromiso con el presente y futuro de nuestro país.
Nadie puede dudar hoy en día de que el nivel de capital humano es un factor determinante del crecimiento económico y del desarrollo. En un país que se encuentra lejos de invertir lo necesario y estando en la fase de su historia en que más necesita destinar recursos, es totalmente inaceptable la decisión tomada.
Los parlamentarios que votaron a favor aprovecharon la inmovilidad y el sufrimiento por el que está pasando la sociedad y la imposibilidad de que los niños, niñas y adolescentes se manifiesten en contra de ellos para echar mano a los recursos del FEEI. Además de irresponsables, son cobardes, ya que existen recursos mal asignados en el presupuesto que podrían haber direccionado o inclusive apelar a mejorar las recaudaciones de impuestos en aquellos ámbitos en que se verifican altos niveles de evasión. Sin embargo, haciendo abuso de su poder, les sacaron recursos a quienes más necesitan, pero también son los que menos posibilidades tienen de manifestarse en contra de la decisión. Definitivamente, no representan a la ciudadanía ni defienden el bien común.