La banda de secuestradores que opera en las zonas de Alto Paraná y Caaguazú y que la última vez mantuvo cautivos a dos japoneses y dos paraguayos, proyecta dos nuevos secuestros, según se filtró de los investigadores de la Policía.
Las potenciales víctimas son un tabacalero y una abogada, cuyos nombres se mantienen en reserva por seguridad, según fuentes de la Inteligencia policial.
Los afectados denunciaron que son amenazados de eventuales secuestros y por eso las familias adoptaron medidas preventivas con la Policía.
Un tío de la profesional del Derecho le comentó que algunas personas desconocidas estaban realizando averiguaciones sobre su familia. Este hecho fue denunciado a la Policía, como también las amenazas que recibe la letrada.
El problema con el grupo de Valdecir Pinheiro y José González es que se volvió muy poderoso y cuenta con 30 integrantes aproximadamente y el primer anillo continúa prófugo, dijo una fuente policial.
El lunes pasado, el jefe del departamento Antisecuestro de la Policía Nacional, Hermes Enriquez Argaña, aseguró que los líderes de la banda están refugiados en las favelas de Foz de Yguazú gozando del dinero que ya habían adquirido por los sucesivos plagios que realizaron, en su mayoría en el departamento del Alto Paraná.
El jefe antisecuestro aseguró que los autores del plagio están plenamente identificados, cuyos principales cerebros son Valdecir Pinheiro y José González, ex policía.
Estos continúan prófugos de la Justicia y se los busca para ser aprehendidos.
Secuestradores aumentan sus alforjas
Más de G. 4 mil millones aproximadamente es el monto que la banda que lidera Valdecir Pinheiro ya recaudó hasta el momento, producto de los secuestros que ya realizaron en la mayoría en el Alto Paraná, además de Caaguazú.
El monto del rescate de Mohamed Barakat fue el mejor pagado, que llegó a 150 mil dólares, cuyo secuestro fue en Foz, pero la liberación en Ciudad del Este.
El flagelo del secuestro ha dado sus buenos frutos para los secuestradores, que aún no fueron aprehendidos. Es por la impunidad que todavía gozan con la fragilidad judicial y policial.