“Creo que es la primera vez que se está haciendo una obra que pretende perdurar”, comenta Macarena Ruiz, hija del artista plástico y responsable de la ejecución del diseño del retablo.
Se utilizó el estilo barroco al igual que en el retablo del Papa, que fue confeccionado con alimentos de la tierra. “En cambio, Chiquitunga ahora es beata y la devoción por ella empieza y debe perdurar”, dice. El retrato de la beata se encuentra en el centro de la obra; en tanto que todo el ornamento que enmarca su imagen está inspirado en el barroco. “Buscamos varias imágenes de retablos barrocos del Paraguay, de un estilo recargado y diseños orgánicos, totalmente diferentes al soporte de la cruz que usa rombos con jazmines”, explica.
Al fondo del presbiterio reluce un cielo atravesado, como lluvias, de cruces y rosarios. Solo el retrato tiene 9 m por 7 m de ancho. En total, ya con la cruz la obra tiene 13 m de alto y de ancho, 14 m.
Itinerante. La idea inicial era hacer un retrato itinerante; que recorra varios puntos del país. “Depende de que aparezca un espónsor para que ayude con el traslado. Se está viendo, pero no hay nada concreto. Ojalá se pueda tener un lugar definitivo donde colocar esta obra”, asegura.