25 abr. 2024

De espantavotos a titular del Congreso

Por Lucho Alvarenga

lalvarenga@uhora.com.py

La controversia surge a flor de piel cuando suena el nombre del senador colorado luqueño Óscar González Daher (57). Un exponente de la cuestionada política criolla que sigue vigente y dando que hablar, para bien o para mal.

“Espantavotos” fue el calificativo que le endilgaron algunos de sus correligionarios.

Hace siete años, ÚH había señalado a González Daher como un emergente “todopoderoso”, luego de investigar su vida política. Pasó de emergente a ser una realidad.

Los antecedentes del político colorado se cruzan con casos oscuros y hasta escandalosos.

En Luque, para algunos es “un colorado stronista, comerciante y usurero que accedió al poder a través de prebendas”. Para otros, un hombre que “se ganó y alcanzó lo que tiene gracias a su trabajo y sacrificio”.

En la política no se le conoce precisamente por ser un líder carismático que goza de apoyo popular para ganar elecciones. Llegó al Parlamento acomodado en las cuestionadas listas sábanas de su partido.

Su incursión fuerte en la arena política se remonta a los primeros años de la apertura democrática, tras la caída de la dictadura. Fue primero concejal departamental de Central.

En 1996 González Daher bebió el sorbo electoral más amargo de su vida política. Fue candidato a intendente de Luque por la ANR, pero perdió estrepitosamente con el candidato del PLRA, César Meza Bría. Algunos recuerdan en Luque que durante su campaña electoral para las municipales de ese año González Daher se ufanaba de su dinero y de las propiedades que poseía.

Justamente el mote de “usurero” -además de granjearse enemigos- tuvo su origen en el negocio de las transacciones de inmuebles que hacía con su hermano Ramón.

Luego del revés como candidato a intendente, González Daher buscó la forma de mantenerse en la palestra política.

Como parte de la lista de candidatos por Central de la ANR, accedió con comodidad a una banca de Diputados en el período 1998-2003. En esa cámara comenzó a cimentar su poder. De entrada logró su designación como miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) y el último año del mandato legislativo alcanzó la presidencia de la Cámara. Ejerció los dos cargos simultáneamente, pese a la incompatibilidad y a las denuncias en contra promovidas por opositores.

Esa suma de poderes le permitió influenciar sobre jueces y fiscales, como también interceder en la designación de “amigos” y “aliados” como magistrados y agentes públicos, lo que le dio otro blindaje a su figura política. De hecho recurrió también a su fuero parlamentario para protegerse de denuncias.

Actualmente, el legislador es vinculado con la grave crisis por la que atraviesa la Municipalidad de Luque, cuya intendencia estuvo hasta hace días en manos de Raúl Karjallo, quien ahora aspira a la reelección como candidato colorado y es cuñado de Ramón González Daher, hermano de Óscar. Se le atribuye haber puesto en el cargo a Karjallo y de ser “el intendente en la sombra”, respaldado por su hijo Óscar Rubén desde el cargo de concejal municipal.

Tras la derrota del Partido Colorado en el 2008, se esperaba que muchos colorados que durante años amasaron fortuna y poder quedaran relegados, pero la realidad dio otra sorpresa. Embretado por el bloqueo opositor, el Gobierno de Lugo optó por acordar con el sector nicanorista, entre otros, para lograr un balón de oxígeno de gobernabilidad.

Esto catapultó a González Daher nada más y nada menos que como presidente del Senado y, por ende, del Poder Legislativo, ubicándose en esta delicada coyuntura como tercero en la línea de sucesión presidencial, detrás de Federico Franco. Un peldaño más en la cumbre del poder.

UN BOTÓN DE MUESTRA

Un hecho que mostró el poder de González Daher se evidenció en el 2003, cuando impuso la destitución del entonces fiscal Alejandro Nissen, mientras ejercía la presidencia del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y de Diputados. El “pecado” de Nissen fue haberlo imputado por manipulación de graficaciones técnicas, en el marco de la investigación de un lujoso automóvil Mercedez Benz mau que tenía el parlamentario. Las pruebas demostradas, incluidas las maniobras para la destitución del entonces fiscal que cobraron estado público, no sirvieron de nada. El legislador colorado no solo “limpió” a Nissen, sino también evitó su desafuero en el proceso. Con acciones posteriores logró que todo quede en el opa reí.

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