23 jun. 2025

Cuando las armas suben a los ómnibus para concienciar

Un millón de civiles están armados en Paraguay, de los cuales solo 300.000 cuentan con registros, según Amnistía Internacional. Una persona muere cada un minuto en el planeta a consecuencia del abuso de las armas.

Por Marta Bazán

Bajo el lema “Tener un arma en tu casa, no protege a tu familia... ¡la pone en la mira!”, Amnistía Internacional-Paraguay (A.I-Py) trata de instar al Gobierno nacional a tomar consciencia de los peligros que implica tener a la población armada y que se tiene que reglamentar en forma el uso de armas de fuego.
Un millón de civiles tienen armas de fuego en el país, y de esta cantidad solo 300.000 están registradas, asegura María José Garcete, miembro de la filial paraguaya de Amnistía Internacional, según reproduce un cable de la agencia española Efe.
“Esto significa que un promedio del 70 por ciento de las armas se encuentran en forma ilegal en el país”, dijo.
Garcete resaltó además que las armas que se encuentran en manos de la ciudadanía y no están registradas, por más que hayan sido compradas de un negocio legal, implica que están del lado de la ilegalidad.
“La legislación paraguaya exige que toda persona que tiene un arma de fuego la registre en la Dirección de Material Bélico (Dimabel) de las Fuerzas Armadas”, apuntó Garcete.
En cuanto a las licencias para portar armas de fuego en el país, la activista precisó que la Policía Nacional se encarga de otorgarlas previo análisis de la justificación del interesado y la presentación del registro de la Dimabel.

CAMPAÑA. Debido a la inseguridad reinante en Paraguay, la gente comenzó a armarse para evitar ser víctima de los marginales, pero esto trajo sus inconvenientes, ya que muchas son las personas que pueden comprar un arma, pero no todas están capacitadas para utilizarlas, indicó la representante de Amnistía.
Comenta además que la intención no es que las personas no tengan más armas, sino que no las porten si no están preparados para tal efecto.
La organización de defensa de los derechos humanos utiliza varios medios para tratar de concienciar y sensibilizar a la sociedad paraguaya. Para tal efecto realizaron exhibición de películas de tinte violento y de documentales que hacían referencia a los problemas generados por el uso de armas.
Igualmente, se hizo un spot publicitario para radios y televisión con gente famosa. Pero hasta el momento parece que lo que más llega a la comunidad es el método del teatro en los ómnibus del transporte público, indicaron los miembros de la organización.

MUNDO. Según datos que maneja esta organización en el mundo existen al menos 639 millones de armas de fuego, de las cuales el 59 por ciento están en manos de civiles. Una persona muere cada minuto en el mundo a consecuencia del abuso de estos equipos.
Estos son solo dos datos que maneja Amnistía Internacional y por eso impulsan con el apoyo de otras entidades la lucha por erradicar la tenencia ilegal de armas. Paraguay no es una isla y está dentro de esta estadística.
Por su parte, la sueca Helena Koumi, activista de SweFor y especialista en desarme, reseñó que “América Latina concentra un 42 por ciento de los homicidios perpetrados con armas de fuego en el mundo”, hecho que calificó como “un problema muy grave”.
Refirió además que existe “una ruta de tráfico de armas que pasa por Colombia, América Central y llega hasta los Estados Unidos”. Efe.

Actores suben a los ómnibus
para sensibilizar a la gente

Un grupo de cinco voluntarios de Amnistía Internacional, filial Paraguay, encontraron una forma sencilla, pero muy efectiva, de hacer llegar a la gente el mensaje sobre el problema de las armas. Paulo López, Ángela Zarza, Riccardo Castellani, Carlos Rojas y Verónica Bernal conforman el staff de actores que de lunes a viernes suben a los colectivos de la línea 12, donde representan una breve escena.
El cuadro teatral consiste en representar a un hombre armado con un revólver que ataca a una mujer que tiene en sus brazos a un bebé y el uso del arma causa una desgracia familiar. “Subimos a los ómnibus y hacemos nuestra miniobra, la gente nos mira con mucha atención y hay dispares reacciones. Pero creo que en la mayoría de las personas nuestro mensaje queda”, dice Paulo López.

REACCIONES. “Los pasajeros nos escuchan, luego algunos aceptan nuestros volantes que repartimos al final de la escena, donde está la explicación de la campaña. Otros se sienten ofendidos y nos dicen que no están de acuerdo con nuestra campaña; pero creo la mayoría está conforme”, señaló Ángela.
Las jornadas en los colectivos se inició el año pasado cuando estos mismos actores hicieron una campaña contra el sida y fue todo un éxito. Por eso ahora le dan continuidad, pero con otro mensaje. “Queremos terminar con el tema del control de armas y para mediados del año vamos a tratar de hacer algo en el marco de la discriminación”, dijo Ricardo Castellani. “Hubo pasajeros a quienes les gustó tanto la obra que nos querían pagar”, dijo Paulo. “Algunos nos confunden con vendedores”, apunta Ángela entre risas.