Por P. Víctor Urrestarazu
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Benedicto XVI explicó hace pocos días que con su resurrección Jesús no solo ha vencido a la muerte, sino también la soledad que todo hombre y mujer experimenta, especialmente a las puertas de la muerte.
“He resucitado y ahora estoy siempre contigo”, fueron las palabras que el Pontífice puso en labios de Jesús, durante la homilía que pronunció en el momento culminante del calendario cristiano, en la Vigilia Pascual, la “madre de todas las vigilias”.
“Mi mano te sostiene –añadió al personificar el mensaje que Jesús lanza con su Resurrección–. Dondequiera que tú caigas, caerás en mis manos. Estoy presente incluso a las puertas de la muerte. Donde nadie ya no puede acompañarte y donde tú no puedes llevar nada, allí te espero yo y para ti transformo las tinieblas en luz.”