La propuesta resalta el histrionismo, talento, agudeza mental y habilidad del actor y productor, a la hora de elegir temas retro con los cuales inspirarse, y encontrar formas divertidas de hablar de ellos con los espectadores.
Por las risas que genera, entendemos por qué esta obra que se presentó ya el año pasado, en marzo, abril y diciembre, ganó tantos aplausos y motivó a Weil a ofrecer una función más en el Teatro Latino el fin de semana último, también con sala casi llena y logrando aplausos de pie del público.
Y es que al parecer, el público –que es variado en franja etaria–, disfruta mucho de lo que parece ser motivo de angustia y sufrimiento del monologuista, quien atraviesa la etapa de la vida denominada crisis de los 40 , o casi...
En la colorida y divertida forma en que Dave analiza varios aspectos de su vida, sus logros y fracasos, así como las llamativas diferencias generacionales, lo que hacen que el show se sienta fresco y dinámico.
Más allá de ser una excusa para mirar lo que ocurre en la etapa de vida que da nombre al show, donde la madurez motiva a realizar ciertas reflexiones, mirar el momento presente, con un poco de nostalgia por el pasado, el show es una oportunidad para distraerse de los propios problemas y centrarse en los de Dave, con una carcajada.