Analistas consultados al respecto mencionaron que las viejas prácticas siguen, aun en una etapa sumamente difícil por el avance del Covid-19.
El ex senador colorado y analista político Hugo Estigarribia afirmó que la corrupción en pandemia equivale a un crimen de guerra.
“La corrupción en pandemia equivale a crimen de guerra. Si los actos de corrupción en el sector público son siempre graves, y no deben ser tolerados desde ninguna esfera, lo son aún más en esta época de dolorosa pandemia que estamos viviendo y sufriendo cotidianamente. Necesitamos mano dura, implacable, de los poderes del Estado, dentro de sus atribuciones y competencias constitucionales y legales, contra los responsables de estos actos y la recuperación de lo defraudado. Cero tolerancia a la corrupción. ¡Por un Paraguay mejor!”, sostuvo Estigarribia.
Expresó que la debilidad del presidente se ve reflejada en la acción que llevan a cabo sus colaboradores cuando son pillados en actos ilícitos. Sostuvo que los mismos solo renuncian, sin dar explicaciones, cuando lo que debe hacer el mandatario es destituirlos y ponerles a disposición de la Justicia.
“No se cumple el ‘caiga quien caiga’. Promesa presidencial incumplida. Los altos funcionarios sindicados de corrupción renuncian tras largo desgaste y muchas evidencias en su contra, solo y exclusivamente, porque no encuentran otra vía de escape a la presión ciudadana y mediática, pues se ven cercados por informaciones de prensa, reacciones de la ciudadanía en redes sociales, denuncias de legisladores y de particulares, valientes, al Ministerio Público y otras acciones ciudadanas, lo cual está obligando, al fin, a los agentes fiscales a actuar e investigar los actos administrativos de aquellos hechos”, señaló.
Suman casos de renuncias en plena cuarentena
El tufo de corrupción, las empresas de maletines y la actuación del Ministerio Público son algunas de la cuestiones que envuelve al Gobierno en plena pandemia. Pese a que Abdo se jacta de una lucha frontal contra la corrupción, le tiembla el pulso para destituir a colaboradores salpicados en escándalos.
La dimisión de Patricia Samudio de Petropar, y de Édgar Melgarejo de la Dinac, por presuntos hechos de corrupción, fue una muestra más de que el verdadero virus que azota al Gobierno sigue siendo la corrupción. Estas dimisiones se suman a las de los directores de Vigilancia Sanitaria y de Administración y Finanzas del Ministerio de Salud, aparentemente ligados también a hechos dudosos.