Se ha desatado el debate sobre el presupuesto del próximo año y los reclamos disparatados saltan por todos lados.
Riera promete un aumento de más del 70% a los maestros, mientras su colega de Hacienda, Peña, afirma que no hay nada para nadie y que la austeridad será la propuesta del Ejecutivo.
Los médicos quieren jubilarse más temprano, como los maestros y los campesinos, quienes reclaman créditos sin intereses, lo que claramente es una contradicción. O es crédito o es donación. Si es lo primero, viene con intereses; lo segundo viene gratis como las viviendas del RC4, que preanuncia una demanda de casas en iguales condiciones en todo el país. ¿Por qué a ellos y no a nosotros?, gritarán a voz en cuello los de la coordinadora de sin techos de todo el Paraguay. Peña pide cordura, pero es la cuestión menos dominante en un año donde el disparate tiene claros trasfondos electoralistas.
La cuestión tampoco está en que se den los reclamos; y si se colocan en el presupuesto eso terminará en el capricho del ministro de Hacienda de cumplirlos o no. Siempre el argumento de “no hay dinero” será la coartada perfecta para no conceder lo que está escrito en la ley.
En conclusión, vamos a una discusión estéril que lo único cierto es que se endeudará el país por otros ¡500 millones de dólares para pagar la deuda! Bicicleteada perfecta con cargo al siguiente gobierno y próximas generaciones.
Presupuesto. Hay nerviosismo entre quienes manejan el cofre estatal.
El de Aduanas no recauda o lo que recauda no llega donde debiera. La ejecución presupuestaria es baja incluso para obras que están financiadas con empréstitos asegurados. Los que tienen plata no la gastan, los que no, desean y gritan, y los que no, hacen huelga y piden subsidios, donaciones, luz gratis, jubilaciones anticipadas y liberación de presos.
En medio de todo esto 8 militares muertos que salieron para comer asado sin orden de sus superiores y fueron asesinados. Aún no se sabe por quiénes, pero el número de muertos en el Norte sigue subiendo.
La cordura es una virtud sostenida en la inteligencia, capacidad, compromiso, responsabilidad y por sobre todo un prestigio moral que hace incluso que las medidas antipáticas sean comprendidas por todos, como cuando Churchill hizo campaña prometiendo a los ingleses: sangre, sudor y lágrimas. Aquí la regla es pide y presiona, aunque sea irracional tu pedido.
Promesas. Cuando la lógica de las promesas vacías domina el accionar de un gobierno estamos seguros solo de una cosa: las cuestiones públicas irán cada vez peor.
Alguien tiene que poner esa dosis de equilibrio y racionalidad que permite entender lo colectivo como un valor superior a lo individual o egoísta. Si desde el Gobierno y desde los gobernados la irracionalidad domina las acciones, vamos por un mal camino.
Los únicos ganadores parciales serán los que endeudan al país hasta que no pueda más y todo vuelva a ser barajado de nuevo en este casino donde la ruleta es el presupuesto. Apueste y quizás gane... por ahora. Después, ya sabe.