Carlos Elbo Morales
La calidad del aire que respira uno cada día, sobre todo en las ciudades, pasa su factura a la salud. Las personas alérgicas se encuentran dentro de ese grupo que siente más los efectos de la contaminación.
La alergista y pediatra Cinthia Pérez contó que en los últimos años se ha dado un aumento de paciente con esta afección. Destacó que el factor ambiental es la causa.
“Hay un aumento porque en general se incrementó la contaminación del aire. Con la polución ambiental existen más sustancias extrañas. Estas se convierten en disparadores de los cuadros alérgicos, tanto para los que tienen una predisposición genética como para quienes la padecen”, explicó.
Confusión. La alergista refirió que entre el 10 y 30% de niños y adultos padecen de alergias. Sin embargo, este porcentaje puede ser mayor aún. Explicó que muchos pacientes tienden a confundir un cuadro alérgico con uno respiratorio.
“Para la gente es normal estar con nariz congestionada. Por tal motivo muchas veces ya no consulta. Los padres sí traen a sus hijos. Pero los adultos ya no le hacen caso a la patología que tienen. La afección más común es la rinitis alérgica”, explicó.
Revela también que existe una responsabilidad del médico en la consulta general, para ahondar en preguntas sobre la situación del paciente y luego realizar la derivación correspondiente al profesional del área. Debido a la similitud de síntomas suele darse la confusión entre una y otra afección.
Refiere que los profesionales de la salud deben preguntar la frecuencia de la rinitis. Se diferencia de un cuadro respiratorio por su periodicidad. Puede aparecer varias veces en el mes, incluso por semana la rinitis alérgica. En cambio, los resfríos y las gripes se mantienen unos días y se manifiestan en lapsos más largos.
Además de indagar sobre esto, el clínico tiene que preguntar si no existe algún antecedente de alérgicos en la familia. “Cuando existen padres y madres con problemas de alergia, el 60% de los niños tienden a padecer lo mismo”, detalló Pérez.
Temporada. Por la humedad, el encierro y otros factores, la época invernal es una gran enemiga de los alérgicos. Sobre todo porque los ataques de tos y asma se potencian con la presencia del ácaro que habita en el polvo doméstico.
“Uno está mucho tiempo en la casa. Los edredones, los pulóveres, las camperas. Esos son los sitios donde se deposita el polvo. Esas prendas más los cuadros respiratorios se suman, por eso esta época le viene muy mal a los alérgicos”.
Refirió que además del ácaro, el polen y las pieles del gato y del perro son otros factores causantes del problema. Los síntomas de la alergia pueden aparecer en los primeros meses de vida, como por ejemplo, la intolerancia a la leche. En los primeros años, los problemas en la piel o el asma. Incluso pueden manifestarse en la edad adulta.