19 abr. 2024

Con el “rebusque” comedores sociales resisten en Argentina

Décadas de experiencia, una vasta red de auxilios estatales y comunitarios, y mucho ingenio, ayudan a los más pobres en Argentina a resistir el incesante aumento en el precio de los alimentos, un problema que se ha generalizado en el mundo con la guerra en Ucrania. Elena González tiene una garrafa de gas, pero para ahorrar cocina con leña en las afueras de Buenos Aires. Con tres ocas, cuatro gallinas y una huerta incipiente esta mujer, a cargo de un comedor popular, se las ingenia para completar las ayudas que obtiene del Estado y de donantes privados, mermadas por la inflación.

“El rebusque se hace cada vez más difícil”, dice Elena, activista de la organización social Barrios de Pie, que hace ocho años instaló este comedor en la localidad Belén de Escobar.

Argentina tiene desde hace años uno de los mayores índices de inflación del mundo, con 50% en 2021. Pero en 2022 se disparó aún más.

“No puedo dejar de cocinar ni un día, si no los chicos me vienen a tocar la puerta, a reclamar su plato”, añade Elena González. Más de cuatro millones de personas dependen de subsidios estatales para comer.

Y aunque el país cuenta con una aceitada red de asistencia, la lucha contra los altos precios es ardua. AFP

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