“El rebusque se hace cada vez más difícil”, dice Elena, activista de la organización social Barrios de Pie, que hace ocho años instaló este comedor en la localidad Belén de Escobar.
Argentina tiene desde hace años uno de los mayores índices de inflación del mundo, con 50% en 2021. Pero en 2022 se disparó aún más.
“No puedo dejar de cocinar ni un día, si no los chicos me vienen a tocar la puerta, a reclamar su plato”, añade Elena González. Más de cuatro millones de personas dependen de subsidios estatales para comer.
Y aunque el país cuenta con una aceitada red de asistencia, la lucha contra los altos precios es ardua. AFP