Son 22 familias de escasos recursos, que residen en un inmueble destinado a una plaza, donde esperan la reubicación. Ahora producen hortalizas en un predio municipal de 1,5 hectáreas para sustento familiar.
Don José Alfonso, quien preside la comisión, reveló que hace un año se iniciaron los trabajos, pero habían tropezado con la falta de agua, hecho que fue solucionado gracias a que los responsables de una institución educativa con pozo artesiano apoyaron el esfuerzo facilitando el acceso al líquido vital, que sirve para regar los cultivos.
“A cada familia le damos una parcela para cultivar. Actualmente ya contamos con repollo, lechuga, arveja, cebollita, perejil y mandioca. Es para consumo familiar y lo que resta para vender para el puchero. Cada uno tiene su parcela y cuida su parcela. Estamos felices con esto, porque temprano ya podemos ver a las señoras con sus hijos entre 30 y 35 personas trabajando en el lugar. Ahora usamos regadera, pero en poco tiempo se instalarán mangueras como sistema de riego”, explicó don José Alfonso.
La Municipalidad de Hernandarias autorizó el uso del predio para el cultivo; por su parte, el Ministerio de Agricultura y Ganadería donó un tractor monocultor y proveyó los equipos para el sistema de riego para los trabajos comunitarios, mientras que los productores de la zona, a través de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, proveen las semillas, con acompañamiento técnico del ingeniero Rubén Sanabria.
Los vecinos tienen media hectárea de mandioca, de las cuales a cada familia le corresponde una parte, así como la plantación de arvejas en medio, a través del trabajo comunitario. “Estamos proyectando el cultivo de hierbas medicinales también. Queremos continuar, porque la gente quiere involucrarse, la Municipalidad construyó una casa allí para que uno de los vecinos cuiden los cultivos y nosotros estamos trayendo a estudiantes del último año de una universidad privada para hacer trabajos de extensión universitaria, que ayuden a tener una mejor alimentación y mejor vida”, relató el ingeniero Sanabria, quien a su vez es decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ganadera de la Uninter.
ASENTAMIENTO. El distrito de Hernandarias es uno de los que mayor cantidad de asentamientos urbanos precarios poseen en el Alto Paraná, al igual que Presidente Franco. El cordón de pobreza va en aumento y está conformado por familias cuyos miembros se dedican al trabajo informal o los trabajos de construcción, excavación de pozos, entre otros, cuyos pagos son en jornales.
José Alfonso, de 57 años, es padre de nueve hijos, de los cuales cuatro siguen viviendo con él, y conforme a su relato la pandemia y su edad afectan a su posibilidad de conseguir trabajo. “Trabajamos en las chacras en zonas rurales, ayudante en construcción y yo hacía excavación de pozos. Pero con mi edad ya me dificulta respirar cuando las fosas son profundas y cada vez puedo trabajar menos en ese rubro”, explicó el entrevistado.
El predio donde residen las 22 familias es un área para plaza, pero fueron incluidas en un proyecto de reubicación de 320 familias que residen en asentamientos irregulares, para lo cual el ahora ex intendente municipal Rubén Rojas adquirió un inmueble de diez hectáreas, donde construyen viviendas.