La fiscala Daysi Sánchez realizó dos allanamientos en el barrio 30 de Agosto, en la ciudad de Itá, en el marco de la investigación del crimen del joven Giovanni Daniel Benítez. Las viviendas intervenidas pertenecen a María Felicita Ayala Benítez y Mariela Antonia Barrios Ayala, madre e hija respectivamente.
María Felicita fue imputada por la supuesta comisión de los hechos punibles de tenencia y comercialización de sustancias estupefacientes sin autorización y producción de riesgos comunes.
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Por su parte, Mariela Antonia fue imputada por la supuesta comisión del hecho punible de tenencia y comercialización ilegal de estupefacientes, informó el Ministerio Público.
La fiscala solicitó además al Juzgado Penal de Garantías que aplique la medida cautelar de prisión preventiva para las imputadas.
Evidencias halladas en las viviendas
Según los investigadores, en el domicilio de María Felicita, el supuesto autor del homicidio, identificado como Emilio Damián Amarilla, alias “Emilio’i”, de 21 años, había ido luego de cometer el hecho y habría ofrecido el celular de la víctima fatal.
Los allanamientos fueron realizados en ambas viviendas en busca de más evidencias relacionadas al caso, ya que más personas declararon que habría otras prendas manchadas con sangre, que el sospechoso del crimen se habría cambiado ahí. Además, mencionan que pudo haber tenido otras pertenencias de valor.
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En ambos domicilios se encontraron estupefacientes, que totalizaron una cantidad de 7,5 gramos de cocaína, 8,1 gramos de crac y 8,5 gramos de marihuana.
Además, en la casa de María Felicita se encontraron objetos que presumiblemente son producto de diferentes asaltos y hurtos.
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Específicamente se encontraron diferentes carteras y billeteras, llaves, dos motocicletas, que no supo explicar su procedencia, como también un arma de fuego tipo revolver, calibre 22 corto, y varios electrodomésticos guardados en un depósito con llave. En ambas casas había dinero en efectivo de baja denominación.
Los vecinos manifestaron que la mujer mantenía en zozobra a la población de la zona y dijeron estar cansados de tanta inseguridad, puesto que los delincuentes realizan los asaltos y hurtos domiciliarios y dichos objetos hurtados supuestamente cambiaban por crac o marihuana.
El caso
El joven Giovanni Benítez murió el 2 de setiembre pasado tras ser golpeado en la cabeza y en el rostro con un objeto contundente, presumiblemente con un palo o madera grande que le causó la muerte por un traumatismo craneoencefálico.
Según el informe forense, el adolescente pudo haber estado vivo todavía, inconsciente o agonizando perdiendo sangre por la boca, porque los hinchazones del ojo, de la cara y del cuello señalan que estuvo vivo por unas horas después del golpe recibido.
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Su cuerpo fue encontrado en el asentamiento Kokuere de la ciudad de Itá, Departamento Central.
Vecinos y allegados al joven manifestaron que era una persona muy buena y conocida en la zona, que además se dedicaba a vender cartones de lotería y al reciclaje. El fallecido vivía con su abuela, a quien diariamente ayudaba con su trabajo.
