“Por supuesto, los que ya están, ya tienen derechos adquiridos. No se va a poder rever eso”, indicó, atendiendo a que se replicaron en todo el país este tipo de casos.
“Evidentemente, tendrían que ser las municipalidades las que tendrían que haber peleado por esa situación, y no lo hacen; entonces, me veo obligado a presentar un proyecto donde se reglamente esto”, indicó el senador.
“Que el Ministerio de Industria y Comercio sea el que fiscalice y se prohíba ya la construcción, en forma alarmante, de esta situación. Para la población que tenemos, no hace falta. Aparte, no baja el combustible”, consideró.
“Siguen abriendo estaciones de servicios modernas, no sé para qué”, increpó.
“Son obligaciones que una empresa tiene que hacer en cada municipio, pero la habilitación la tiene que manejar el Ministerio de Industria y Comercio, en donde se establezcan los 1.000 metros”, insistió el colorado.
“Al darse el proyecto, y al aprobarse, se tiene que prohibir, ya se reglamenta y se tiene que cumplir. Cada municipio y el MIC tienen que hacer cumplir”, señaló.
En el proyecto, se establece que las transgresiones a las disposiciones, darán lugar a una sanción administrativa.
“Asunción se ha convertido en territorio de estaciones de servicio. El fenómeno resulta sumamente llamativo, considerando la crisis del precio del combustible que se vive actualmente como consecuencia de la guerra en Ucrania”, se indica en la exposición de motivos.
“Al mismo tiempo, resulta contradictorio, dado que a la par de los reclamos de los emblemas privados por el precio de la gasolina, no dejan de levantarse nuevas y modernas construcciones”, argumenta el proyectista.
Además, aclara que la finalidad no es cercenar la libertad del negocio, sino en el grave riesgo para la salud de las personas y la seguridad en caso de siniestros.
“Los datos demuestran que Paraguay tiene el número más alto de estaciones de servicio por habitante en Sudamérica”, refiere, y se pone como ejemplo a Chile, que tiene menos, mientras cuentan con 19 millones de habitantes.
“Las estaciones de servicio registran un considerable aumento, y se instalan incluso en las cercanías de escuelas y hospitales, además de afectar al ordenamiento del tráfico y contribuir a la contaminación del agua”, concluye.