Liborio Galeano Zárate fue captado por cámaras de seguridad cuando entraba a robar a una casa en Paraguarí. Lo reconocieron por un tatuaje que tiene en la pierna y fue nuevamente detenido horas después del hecho.
Es uno de los casos en que personas con frondosos antecedentes entran y salen de comisarías para volver a delinquir en poco tiempo.
Liborio ya enfrentó la Justicia por casos de robo, doble homicidio, entre otros.
Últimamente, debía cumplir arresto domiciliario por hurto agravado. Sin embargo, esta medida no le impidió volver a transitar el camino de la delincuencia.
El hombre se llevó de una vivienda G. 4 millones, joyas y hasta una cartuchera que contenía remedios.
“Gracias a Dios ya está en manos de la Justicia y esperemos que esta vez no lo suelten más”, dijo la mujer que fue víctima del robo y que por miedo a represalias, no quiso revelar su identidad.
Elías Abel Ortiz Insfrán (22), quien para la Policía es el líder de una organización dedicada al robo y a la reducción de celulares de alta gama, fue detenido en la zona del Mercado 4. El joven no estaba cumpliendo con su arresto domiciliario, de acuerdo al informe policial.
Ortiz Insfrán es señalado como un hábil hácker, ya que se volvió experto en desbloquear los sistemas operativos de los teléfonos robados y también de desactivar el sistema GPS.
Elías volvió a las andanzas luego de su detención en marzo de este año. En esa ocasión, la fiscala Karen Chaparro había imputado al joven en abril de este año por reducción y asociación criminal, en calidad de coautor, y en ese entonces se solicitó al Juzgado que le impusiera medidas cautelares, por lo que tenía un arresto domiciliario.
Los agentes que intervinieron en su detención resaltaron la importancia de sacarlo de circulación y ponerlo nuevamente a disposición de la Justicia.
El pasado domingo 2 de julio fue detenido Fabio Ismael Vera Grance, quien, según el sistema informático de la Policía Nacional, registra medida cautelar (arresto domiciliario).
Según los intervinientes, el hombre estaba violando la medida y fue detenido en la calle para ponerlo de vuelta a disposición del juzgado. Es considerado por los vecinos como un peligro y piden que no se lo vuelva a soltar.
Juan Ortigoza Gaona, alias Chapakú, un hombre de 76 años, también fue detenido el mismo día. Había sido detenido por microtráfico, pero había obtenido medidas alternativas por su edad.
LEYES DURAS. Para el comisario Hugo Díaz, jefe de Investigación de Hechos Punibles de la Policía, deben incluir el endurecimiento de las leyes, con el fin de mantener en la cárcel a los reincidentes.
Desde su experiencia como policía, señala que ya vio en muchas ocasiones cómo adolescentes ingresan en el mundo delictual y entran en un espiral interminable de entrada y salida de las cárceles, sin dejar de cometer delitos.
“Los hechos punibles de hurto, hurto agravado, robo y robo agravado son los hechos que más ocurren, que necesitan una mayor sanción y dejar de lado las medidas, a fin de que los mismos no recuperen rápido su libertad”, mencionó en una entrevista con Última Hora.
Por su parte, el abogado Pablo Díaz Guerín, representante legal de la cadena de minimercados Biggie SA 24 horas, había cuestionado que la Justicia haya dejado de vuelta en libertad a Antonio Manuel Lugo (38), quien fue detenido nuevamente el jueves 11 de mayo, cuando lo descubrieron infraganti robándose dos cortes de carne envasada tipo prémium.
El hombre ya es reincidente y en más de cinco ocasiones ya fue detenido por este tipo de robos, considerados bagatelarios, por lo que la Fiscalía lo suelta rápidamente.
Existe un proyecto de ley que modifica el Código Penal en su artículo 172, que define los hechos bagatelarios como aquellos casos de apropiación o hurto, donde el valor de lo robado sea menor de diez jornales, que equivalen a G. 843.400.
Es por ello que el proyecto busca mayor rigurosidad con este tipo de delitos, con un castigo más fuerte por parte de la Justicia, además de disminuir el monto de lo robado a cinco jornales. El proyecto de ley, que ya cuenta con media sanción, busca evitar la pronta liberación de los autores.
Al respecto, el profesional del Derecho explicó que si bien el hurto no establece pena privativa de libertad durante el proceso, de ser condenado sí podría recibir una pena carcelaria, además de que se trata de una persona reincidente.
PRISIÓN PREVENTIVA Y GRUPOS CRIMINALES. El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip-Py) realizó un análisis en el que determina que el abuso de la prisión preventiva (con el 75% de internos sin condena) acaba por favorecer a las organizaciones criminales que cogobiernan en las cárceles del país.
Por un lado, el clan Rotela, que es una facción que se especializó en el microtráfico (crac, marihuana y cocaína) en los barrios de Asunción y Central para luego expandirse hacia otros puntos del país.
El otro grupo criminal que detenta el poder en las penitenciarías es el Primer Comando de la Capital (PCC), que logró una rápida expansión desde la frontera brasileña hasta la capital del país, con todo su bagaje de prácticas propias, como el sicariato.
Cárceles hacinadas
El último reporte del Ministerio Justicia señala que la población adulta privada de libertad en el país es de 17.099 personas entre hombres y mujeres. De entre ellos, 11.246 están procesadas, sin condena alguna. Hay 18 centros penitenciarios en el país y 8 centros educativos para adolescentes. El Ministerio de Justicia afirma que hay lugar para 9.491 personas en las cárceles. Sin embargo, según un relevamiento que había realizado el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, de acuerdo con los estándares de derechos humanos, es de 4.310 la capacidad de albergue. La mayor cantidad se concentra en Tacumbú, Coronel Oviedo, Misiones, Encarnación y Emboscada.