El Banco Central informó a través de su boletín mensual que la inflación del mes de mayo fue del 0%, inferior a la variación del 0,2% observada en el mismo mes del año anterior. Con este resultado, la inflación acumulada en el año asciende al 2,5%, por debajo del 5,4% verificado en el mismo periodo del año 2022. La inflación interanual, por su parte, se ubicó en 5,1%, resultado menor a la tasa del 5,3% registrada en abril del corriente año y también inferior a la tasa del 11,4% verificada en el mismo periodo del año anterior.
El aumento de los precios de los alimentos sigue siendo uno de los impulsores de la inflación general, lo que debe preocupar a las autoridades, ya que estos tienen un alto peso en la canasta familiar y, por lo tanto, afectan de manera directa al bienestar. En mayo también se incrementaron los precios de bienes y servicios de salud como productos farmacéuticos, atención médica, atención odontológica, servicios de laboratorio y servicios hospitalarios.
Por otro lado, esta misma semana el Banco Mundial publicó su informe sobre las proyecciones globales del crecimiento económico en el que Paraguay muestra una recuperación al proyectarse un aumento del PIB del 4,8% para este año, mientras que 4,3% para 2024 y 2025. Si se cumple este pronóstico, durante el trienio se superaría el 13% de crecimiento acumulado frente al 3% de los tres años anteriores.
Hay una estrecha relación entre inflación y crecimiento del producto en Paraguay. Por un lado, un desempeño negativo de la producción de alimentos para el mercado interno repercute de manera directa en la oferta, por lo que suben los precios. En un contexto internacional en que también aumentan los precios de los alimentos, importar no es la solución, al contrario, no solo genera dependencia, sino que además puede contribuir a un aumento del tipo de cambio por la salida de divisas.
El segundo problema tiene que ver con la vulnerabilidad al cambio climático. El Banco Mundial señala que en el futuro se espera que los eventos meteorológicos sean más frecuentes e intensos, por lo que Paraguay requiere cambios estructurales para aumentar la productividad y la capacidad de recuperación. Esta institución alerta sobre la necesidad de fortalecer la gobernanza y hacer cumplir las regulaciones, así como invertir en capital humano e infraestructura, especialmente para adaptarse al cambio climático y aprovechar las oportunidades de una economía más verde.
Este contexto positivo de reducción de la inflación y aumento del crecimiento económico debe ser aprovechado por el gobierno parar tratar de revertir los retrocesos verificados en los últimos años y agudizados por la pandemia.
Un objetivo central de la política económica debe ser garantizar que el crecimiento económico se traduzca en mayores y mejores oportunidades de empleo y con ello de ingresos laborales. Si esto es acompañado por menores tasas de inflación, los ingresos laborales tenderán a recuperarse después de casi una década de deterioro.
Dado que la inflación tiene fundamentos en el sector real, una política que incentive la producción de alimentos para el consumo interno favorecerá la estabilidad de los precios y aumentará el efecto multiplicador del crecimiento. Ojalá el Gobierno asuma el compromiso de mejorar la calidad del crecimiento y garantice una reducción continua del índice de precios al consumidor sin que este objetivo se traduzca en deterioro del empleo y la pobreza.