11:00-29/12/06
Las medidas de emergencia, que regirán hasta el 2 de enero próximo, prohíben a las aerolíneas cancelar vuelos y las obligan a tener aviones libres a disposición para ser utilizados en caso de complicaciones con algún aparato, según la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Con el plan, la Agencia pretende evitar que se repita este final de semana el caos que se registró en los principales aeropuertos del país la semana pasada, con jornadas en que cerca de la mitad de los vuelos programados fueron cancelados o tuvieron atrasos de más de una hora.
Los atrasos y las cancelaciones abarrotaron los aeropuertos de pasajeros atascados, algunos de los cuales tuvieron que dormir en las terminales aéreas y pasar numerosas horas en filas frente a los puestos de atención de las aerolíneas o a las salas de embarque.
Algunos pasajeros, irritados con la situación, llegaron a invadir pistas de aterrizaje, agredieron empleados de compañías aéreas, bloquearon puertas de salas de embarque o protestaron pacíficamente con gritos, abucheos o hasta utilizando irónicas narices de payaso.
Para enfrentar los problemas, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ordenó el envío de aeronaves de la Fuerza Aérea para socorrer a los pasajeros varados y prohibió a la aerolínea TAM, la mayor del país, de vender nuevos billetes.
El plan de emergencia puesto en marcha hoy pretende evitar que los pasajeros que pretenden aprovechar el final de semana alargado por el festivo de año nuevo sufran las mismas complicaciones que los que intentaron viajar antes de la navidad.
Además de prohibir las cancelaciones de vuelos, incluso en aviones con baja ocupación, las aerolíneas están prohibidas hasta el 2 de enero próximo de alterar cualquier ruta programada.
Las aerolíneas también fueron prohibidas provisionalmente de alquilar sus aviones para vuelos fletados y tendrán que contar con aviones libres dispuestos en aeropuertos estratégicos, con tripulación preparada, para sustituir aparatos con problemas.
La Agencia de Aviación Civil también decidió enviar fiscales a las centrales de reservas de las aerolíneas para evitar que las mismas vendan más billetes que las sillas disponibles en sus aviones, práctica al parecer común en algunas empresas.
“Todos los que tienen pasajes, sea en vuelos comerciales o fletados, van a viajar”, garantizó el ministro de Defensa, Waldir Pires.
Las autoridades aeronáuticas tan sólo consiguieron restablecer la calma en los aeropuertos el pasado domingo, un día antes de navidad, tras cinco días de caos que dejaron a miles de pasajeros en tierra.
Entre el miércoles y el sábado de la semana pasada la mayoría de los vuelos de la aerolínea TAM registró atrasos de tres horas en promedio y, en algunos casos, la demora llegó a ser de doce horas.
El desorden en los aeropuertos brasileños comenzó en octubre pasado con unas protestas de los controladores de vuelo por mejores salarios y condiciones laborales, que pusieron al descubierto las deficiencias técnicas del transporte aéreo en el país.
Esas deficiencias están entre las posibles causas del accidente de un Boeing 737-800 de Gol que el pasado 29 de septiembre cayó en la selva amazónica tras chocar en pleno vuelo con un avión menor. Los 154 ocupantes del Boeing murieron.
El caos del transporte aéreo se agravó en los días previos a la navidad por problemas de TAM, que tuvo que enviar a un mantenimiento no programado a seis de sus aviones y sufrió con fallas en su sistema informático.
El Gobierno, que investiga si la empresa vendió billetes en número superior a las sillas en sus aeronaves y si destinó parte de su flota a vuelos chárter, anunció “severas sanciones” en caso de que se comprueben tales irregularidades. EFE