Bolsonaro nunca se sintió cómodo con los medios de comunicación tradicionales y, cuando aún era candidato presidencial, prefirió refugiarse en las redes sociales para hablar con sus electores, siempre con tono campechano y, la mayoría de veces, provocativo.
Desde un primer momento, el líder de la derecha brasileña se inspiró en su admirado presidente estadounidense, Donald Trump, a la hora de lidiar con la prensa y, al igual que su homólogo, no titubeó a la hora de tildar de “fake news” las informaciones críticas a su Gobierno.
LUCHA CONTRA MEDIOS. Incomodado con las publicaciones que lo cuestionan a él o alguno de sus hijos, el mandatario emprendió una cruzada especialmente contra el diario Folha de São Paulo, uno de los más prestigiosos del país y que durante la campaña electoral destapó que empresarios afines al entonces candidato compraron paquetes de mensajes por WhatsApp para publicar mensajes falsos que acabaron beneficiándolo.
Bolsonaro sugirió un boicot contra los anunciantes de Folha de São Paulo y llegó a amenazar con excluir a la cabecera de una licitación del Gobierno para la suscripción de medios digitales.
No obstante, el presidente dio marcha atrás este viernes y revocó su decisión, después de que la Asociación Brasileña de Prensa denunciara que la exclusión de Folha de la licitación “burlaba la libertad de expresión”.
Como respuesta a su ofensiva, el casi centenario periódico publicó la semana pasada un duro editorial contra Bolsonaro, a quien acusó de tener una personalidad “autoritaria” y una “fantasía de emperador”.
“Será necesario que las reglas del Estado democrático de derecho le sean impuestas de fuera hacia adentro, como los límites que se le ponen a un niño. Porque si no se contiene, tendrá que ser contenido por las instituciones de la República, por el sistema de frenos y contrapesos que, hasta ahora, funcionaron en la joven democracia brasileña”, señala el texto.
Bolsonaro también firmó este año un decreto que eliminaba la obligación de las empresas de capital abierto de publicar sus balances financieros en los periódicos, una medida que, como el propio presidente sugirió, podría comprometer las finanzas de algunos diarios por ser una fuente de ingresos importante.