La esposa de Bolsonaro, de 40 años, dio que hablar el domingo al saludar en cadena nacional de radio y TV a las madres brasileñas por su día, un mensaje inédito desde el arranque del mandato del presidente, en 2019. “Ser madre es la más divina de las responsabilidades”, comenzó Michelle, quien deseó un feliz día a todas las madres heroínas de Brasil. Junto a la ministra de la Mujer y Derechos Humanos, la primera dama reflexionó sobre la maternidad y citó programas de asistencia del gobierno para mujeres, lo que le valió una denuncia de la oposición por campaña anticipada.
Unos días antes, se había viralizado un video suyo en el que durante un culto de la bancada parlamentaria evangélica –movimiento que profesa –aparecía arrodillada, llorando y orando por un despertar de los poderes.
Las apariciones de la primera dama forman parte de una estrategia de campaña para la reelección de Bolsonaro, quien intenta disminuir el gran rechazo entre el electorado femenino, una de las franjas más esquivas que le reprocha entre otras cosas sus comentarios machistas, admiten aliados del presidente.
“Buena imagen”. ”Michelle suaviza la imagen del presidente y, además de las mujeres, alcanza a otros públicos por su trabajo para sordos, cuyo lenguaje domina, y por su labor social en la iglesia”, explicó un asesor de Bolsonaro. El colaborador anticipó que la primera dama tendrá un papel relevante en la propaganda televisiva de campaña, que arrancará en agosto.
Michelle es miembro de una iglesia evangélica de Río de Janeiro y tiene una relación cercana con pastores y diputados de la bancada evangélica en Brasilia. Conoció a Bolsonaro en 2007, cuando él era diputado y ella trabajaba en el Congreso como secretaria. Veintisiete años menor que él, se convirtió en su tercera esposa.
Aunque estuvo lejos de los flashes en la campaña que llevó a su marido a la presidencia, desde el primer día de gobierno comenzó a cobrar visibilidad, a la vez que se puso al frente de la coordinación de un programa oficial de voluntariado llamado Patria Voluntaria.
Las encuestas muestran un desequilibrio entre el apoyo a Bolsonaro y a su máximo rival, Luiz Inácio Lula da Silva, entre hombres y mujeres, sector en el que el ex presidente le dobla en intención de voto en algunos sondeos.