@Encisoclarisa
Se trata de una nueva obra llamada La huella de las cuerdas, en el cual la concertista propone un viaje musical que une arte, investigación y emoción. Esto se da a través de 17 artistas invitados de 10 países, con lo que la maestra rinde un homenaje a la variedad de los instrumentos de cuerda latinoamericanos, hermanos de la guitarra, revelando la riqueza musical que florece en los pueblos de nuestra América.
Asimismo, la obra fue presentada oficialmente ayer, en dos versiones: una digital, disponible en todas las plataformas de audio y video; y una física, presentada en formato de libro-arte con vinilo de 180 g y realidad aumentada, que permite ver y escuchar en 3D los instrumentos protagonistas del proyecto.
En cuanto al proceso creativo completo, se proyectó el documental La huella de las cuerdas, disponible en el canal de YouTube de la artista.
Un viaje que nació de la curiosidad. La idea surgió hace años, cuando Berta fue directora artística de un festival en Washington DC.
“Allí, me familiaricé con la guitarra de nuestros países, con sus cultores, y me encontré con ese universo sonoro de cuerdas hermanas que expresan las alegrías y penas de nuestro continente”, recuerda en un mano a mano con Última Hora.
De esa curiosidad nació una pregunta que encendió el viaje: ¿Cómo nacieron estos instrumentos? La respuesta la llevó a recorrer diez países y a encontrarse con una diversidad de voces y materiales que revelan la esencia de los pueblos latinoamericanos.
“El cuatro venezolano es una caja de sorpresas: percute, armoniza, canta. Y en contraste, el guitarrón chileno, monumental y poético, acompaña las décimas del canto a lo humano y lo divino. Cada uno es la síntesis viva del alma de su pueblo”, dice con admiración.
La huella de las cuerdas incluye músicas, videos, relatos documentales, fotografías, textos musicológicos, un vinilo y un libro con realidad aumentada. El diseño es de Celeste Prieto, con producción de Popi Spatocco y Sebastián Henríquez, colaboradores habituales de Rojas.
“Mi sueño es que un abuelo pueda leer el libro con su nieto y, al mismo tiempo, explorar los instrumentos en 3D. Que descubran juntos la historia y la belleza de nuestras raíces musicales”, confiesa la artista, emocionada.
En su travesía, la artista vivió encuentros memorables, como el del mexicano Eloy Zúñiga con su jarana huasteca.
“Ver el instrumento, tan humilde y contundente, te recuerda que la magia no está en la forma, sino en el alma que lo hace sonar”, menciona.
El álbum también cuenta con la colaboración del maestro Gustavo Santaolalla, a quien Berta define como “un gurú, un músico sabio que ha trascendido las fronteras del idioma”. Su participación fue “una validación profunda y humana del trabajo realizado”, asegura.
De América al Paraguay. El recorrido de La huella de las cuerdas abarca cerca de 13.000 kilómetros. En México, nuestra compatriota se une a la formación tradicional de jarana huasteca y violín para interpretar El canario. En Puerto Rico, graba Sara junto a Fabiola Méndez, en el cuatro jíbaro. En Colombia, ofrece Bambuco pa’ Billy con los hermanos Saboya, y en Chile interpreta Tierra mía con Francesca Ancarola, Manuel García y el guitarrón chileno de Alfonso Ureta.
El tríptico sudamericano, compuesto por Elodie Bouny, une el charango peruano, el cuatro venezolano y el bandolim brasileño en tres paisajes sonoros: el mar, la montaña y los llanos.
El viaje culmina en su Paraguay querido, donde Berta Rojas y Lincoln Almada reversionan Che la reina y Arroyos y Esteros.
“Entendimos que allí está el origen de toda nuestra música paraguaya”, reflexiona.
“Recuerdo la grabación en Chile, entre montañas, con Francesca Ancarola y Manuel García. El atardecer, las guitarras, la naturaleza... todo parecía respirar con nosotros”, cuenta Berta sobre uno de los momentos más emotivos del documental.
Más que un álbum, La huella de las cuerdas es un puente entre culturas, una celebración del alma latinoamericana a través del sonido, la madera y las historias que siguen vibrando en cada cuerda de Paraguay al mundo entero.
Una nueva etapa y un legado musical
Tras el Latin Grammy, la guitarrista confiesa que este proyecto marca una nueva etapa en su vida artística.
“Después del premio, necesité tiempo para volver a sentir ganas de embarcarme en algo que me moviera el alma. Y este viaje fue exactamente eso: una manera de volver a empezar, rodeada de buena madera humana y musical”, afirma.
Fiel a su espíritu generoso, Berta decidió donar 120 ejemplares del libro-disco a bibliotecas públicas del país, como aporte al fomento de la lectura y del conocimiento musical.
Hoy, mientras se prepara para nuevas giras por Australia y Nueva Zelanda, Berta mira atrás con gratitud y adelante con ilusión.
“La música siempre se abre paso —dice—, como el agua que encuentra su curso. Las guitarras que llegaron hace siglos siguen cantando nuestras historias. Y yo solo intento seguir su huella”, sentenció.
