Los integrantes del Ballet Nacional del Paraguay ya desempacaron las valijas de su viaje a Venezuela, donde en octubre participaron del 5º Encuentro de Danza Solidaria.
Sin embargo, el regreso al país los enfrenta de nuevo a la realidad. No ha sido un buen año para el Ballet Nacional. Su coordinadora, Gloria Oviedo, es consciente de esa situación que ha dejado al público huérfano de espectáculos de la compañía.
“Invertimos meses en la dignificación de los bailarines que no cobraban sus sueldos, por lo que muchos proyectos quedaron postergados. Entonces, antes que presentar obras que no cumplan con las expectativas del público, decidimos fortalecernos para el 2009", dice la representante de la compañía.
Aunque el pago de los salarios se regularizó casi a mediados de año, Oviedo comenta que todavía hay tareas pendientes. Pese a que el Ballet depende hoy de la Secretaría Nacional de Cultura, sus miembros siguen percibiendo sus salarios del Ministerio de Educación.
“Esta es una irregularidad y esperamos que el año que viene todo se ponga en regla. Estamos atravesando un momento de cambios. Sabemos que el Ballet pasará a formar parte de la Dirección de la Creación y la Diversidad Cultural, lo cual implicará una reorganización”, apunta.
Esa dirección -dependiente de la Secretaría de Cultura- se encargará también de resguardar el trabajo de la Orquesta Sinfónica Nacional. Sin embargo, aún no se oficializa su creación.
Con este panorama, el Ballet Nacional delinea planes para el próximo año. “Queremos fortalecer el proyecto Danza Joven, que permite a los jóvenes de colegios acercarse a la danza. Ya tenemos aprobadas dos ciudades del interior y la meta es superar los 4.000 estudiantes a los que llegamos este año”, cuenta Oviedo.
La bailarina asegura que, pese a no tener protagonismo en los escenarios, la compañía trabaja intensamente con coreógrafos nacionales contemporáneos como Diana Fúster, Marisol Salinas y Edith Correa. El reto para el 2009 es exponer esa tarea al público.