El senador colorado Enrique Bacchetta, actual presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, convocó a una conferencia de prensa para hablar sobre el polémico tuit con el que brindó su apoyo al diputado con permiso Ulises Quintana, actualmente investigado por supuestos vínculos con el narcotráfico.
El senador colorado había expresado su apoyo incondicional al diputado Quintana, y a renglón seguido también hizo críticas a la investigación del Ministerio Público. La solidaridad la exhibió con estas expresiones: “Fuerza querido Ulises, el cariño, afecto y confianza te lo ganaste caminando y trabajando duro, espero que pronto puedas recuperar tu libertad, deseo que tengas fuerza y fe, para poder enfrentar la injusticia que estás viviendo”.
En la reciente convocatoria con los periodistas, el titular del JEM dijo que “se puso en el lugar de un hombre y compañero de causa”. Y ahí precisamente, en esas expresiones, se encuentra el fondo de esta cuestión.
Es desde todo punto de vista inadmisible que los políticos sigan teniendo injerencia en la Justicia, favoreciendo a sus “compañeros de causa” y perjudicando a los miles de paraguayos anónimos que no gozan de los mismos privilegios que sus amigos y correligionarios. El Paraguay no necesita de políticos que se apropian de las instituciones como si fueran sus feudos, y manejen de acuerdo a sus antojos e intereses particulares la Justicia.
Tenemos que evitar a toda costa volver a engendrar otro Óscar González Daher. Está muy fresco en nuestros recuerdos el escándalo de los audios divulgados y que tuvieron al entonces presidente del JEM y ahora ex senador Óscar González Daher, manteniendo conversaciones con políticos, ministros de la Corte Suprema de Justicia, jueces, fiscales y abogados.
Aquellas grabaciones pusieron en evidencia a una Justicia comprometida con el poder político de turno. No podemos permitir que se repita la historia y por eso se debe cortar la cabeza al monstruo antes de que crezca.
Por otra parte, y aunque puede sonar utópico, es fundamental iniciar en el Paraguay un proceso que nos permita eliminar la injerencia política en la Justicia. Ya no podemos ser mudos testigos de la subordinación de un poder del Estado a otro. Y, si bien la propia Constitución Nacional establece cupos políticos dentro del Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, para modificar esto es necesaria una reforma constitucional. Pero mientras tanto hay pasos que se pueden dar en la dirección requerida para fortalecer la independencia de la Corte Suprema de Justicia y los órganos de selección y remoción de magistrados, y uno de estos pasos es precisamente comenzar a buscar políticos honestos, íntegros y con verdadera vocación de servicio, que jamás antepongan sus propios intereses por sobre los intereses y el bienestar de la ciudadanía.
Cuando defendió a un político procesado por narcotráfico, y prácticamente amenazó a los operadores de justicia, siendo él presidente del Jurado, perdió autoridad, y ahora debe irse. El pueblo paraguayo ya no debe dar cheques en blanco a sus representantes si ellos no logran estar a la altura de sus investiduras.