Óscar Bogado
Corresponsal en Encarnación
La realidad es que ahora cualquiera es empresario del combustible. Cada uno con sus “miniestaciones de servicios” abastece a la ciudadanía encarnacena. El sueño de la estación propia es posible gracias a las ventajas de los precios en la Argentina y porque no existe un control riguroso que pueda frenar este hecho en el lado paraguayo. Muy pocas veces las autoridades informan sobre una cantidad de combustible incautada a paraguayos provenientes desde el lado argentino.
El último fin de semana, varias empresas paraguayas de larga distancia denunciaron que fueron objeto de un minucioso control de parte de las autoridades aduaneras de la Argentina, produciendo largas horas de espera a 28 unidades que intentaban pasar al lado paraguayo.
La reacción de los argentinos se justifica en que aumentó considerablemente en los últimos tiempos el tráfico de combustible desde Posadas a Encarnación, una competencia desleal que ya llegó a cerrar varias estaciones de servicio en la capital departamental.
Actualmente, el gasoíl y las naftas se venden en cada esquina. Pasaron a ser productos de fácil manipulación por los encarnacenos. Las botellas de gaseosas de dos litros son las preferidas para la venta al público.
Casi la gran mayoría de la ciudadanía opta por comprar en menor o mayor cantidad el combustible argentino, por dos razones: el precio y la calidad.
Algunos manifiestan que los carburantes extranjeros superan ampliamente en calidad a los paraguayos y que el precio da ventajas muy importantes a la hora de comprar.
Los precios que se manejan en Posadas son: gasoíl está entre 1,50 y 1,80 pesos (2.550 y 3.060 guaraníes) el litro, y en Encarnación se comercializa entre 4.200 y 4.250 por litro, ambos dependiendo de la estación de servicio o del emblema.
En cuanto a las naftas, la súper o especial como la denominan está en 2,05 pesos por litro (3.485 guaraníes), la común está a 1,90 pesos cada litro (3.230 guaraníes). Además, ofrecen otra opción que llaman Plus, que está entre 2,10 y 2,15 pesos el litro (3.570 y 3.655 guaraníes).
Mientras que en Encarnación la súper está entre 5.200 a 5.500 el litro, dependiendo del emblema, y la común está por encima de los 4.000 guaraníes el litro. Justamente por las ventajas que constituyen los precios de la Argentina es que el tráfico de combustibles es cada vez mayor, pues hasta el menos avezado quiere aprovechar las ventajas, ya que nadie cree que constituye delito comprar combustibles del otro lado.
Acusan a los ómnibus de traficar desde la frontera
Para los argentinos, el tráfico de combustible presumiblemente con vehículos del transporte público es un nuevo método que les obliga a controlar detalladamente cada unidad, y sin importar la demora que podría ocasionar en la cabecera del puente del lado argentino, el objetivo es frenar el tráfico.
Las autoridades argentinas aducen que las empresas aumentaron la cantidad de frecuencia con el solo objetivo de llevar más combustible hacia el lado paraguayo, hecho que tampoco ningún empresario salió a desmentir.
Justificaron además que seguirán los controles y las demoras si se detectan casos de contrabando de combustible hacia el lado paraguayo a través de ómnibus de larga distancia. Todos serán objeto de un minucioso control, aunque despierte enojos e ira entre los choferes y pasajeros, que deben esperar horas y horas para cruzar.
El propio administrador de Aduanas en Posadas, Marcelo Bulacio, informó que detectaron unidades de empresas de transporte de larga distancia paraguayas que iban a cruzar el puente con tanques de combustible suplementarios o “doble tanque” con capacidad de hasta mil litros.
La frecuencia de las unidades de transporte de pasajeros aumentó de 15 a 40 en las últimas semanas, hecho que llamó la atención a las autoridades argentinas y encuentran explicación en el tráfico indiscriminado de combustible desde el territorio argentino.
La problemática está planteada en ambas márgenes. Los empresarios piden la intervención de las autoridades argentinas para solucionar el lento control a causa del tráfico de combustible, mientras que, desde el lado paraguayo, cada día aumenta la cantidad de personas y empresas que van a Posadas para cargar combustible y volver a Encarnación, para su posterior reventa.
Pérdida local es del 30%
Los empresarios del sector hace un par de años ya habían manifestado su preocupación por el aumento del tráfico de combustible desde el lado argentino, inclusive se reunieron con el propio gobernador de Itapúa, Luis Viedma Vigo, quien prometió ayudar en el caso. Pero pasó el tiempo y la situación se fue cada día agravando.
El índice de pérdida estaría en un 20 a 30% en cada estación de servicio.
Argumentan que la situación se hace insostenible y las autoridades no les dan importancia.
Inclusive mantuvieron una reunión con las autoridades aduaneras de la zona, pero no hubo ninguna reacción positiva para el sector para frenar el ingreso ilegal de combustible desde la Argentina.
“Todos estamos cansados de esta situación, la verdad es que queremos que las autoridades tomen cartas en el asunto, ya no podemos aguantar esta competencia desleal a que nos están sometiendo los traficantes. El escenario empeorará si no hay una intervención dura y sin perdón de nuestros gobernantes. Gastamos mucho dinero para ponernos en regla y vienen algunos improvisados a sacarnos la clientela”, coincidió la gran mayoría de los empresarios del sector.