17 feb. 2025

Aumentar el impuesto a otros productos dañinos para la salud

Los impuestos no solo tienen como objetivo recaudar. Otra de sus funciones es incentivar o desincentivar determinados comportamientos. Cuando se exoneran impuestos a ciertas actividades o ramas de la economía se busca impulsar su expansión; cuando se aumentan los impuestos, se espera que se reduzca el uso. El tabaco, al igual que el alcohol, las bebidas azucaradas o la comida chatarra no solo son productos que hacen mal a la salud y por eso hay que limitar su consumo, sino que también generan costos al Estado porque causan enfermedades que son tratadas en el sistema de salud. En este sentido, es fundamental que Paraguay implemente todas las medidas necesarias para reducir el consumo de estos males.

La evidencia empírica es contundente con respecto a las consecuencias para la salud de fumar, beber bebidas alcohólicas o alimentarse con una excesiva cantidad de azúcares, grasas y carbohidratos.
En este orden existen regulaciones específicas para estos productos también llamados males por algunos autores, ya que no pueden ser considerados bienes.
Entre estas normas se encuentran la prohibición de venta a menores, la necesidad de incluir información en las etiquetas, la exigencia de una distancia prudencial de los centros de venta de los lugares donde se educan los niños y las niñas, la limitación a la publicidad, entre otras.
Una política usualmente utilizada para regular los precios relativos es la tributaria. De esta manera, un aumento del impuesto disminuye el consumo porque incrementa el precio final —como es el caso de los productos citados—, y una reducción tiende a aumentar el consumo; por eso los libros, medicamentos, alimentos básicos, entre otros, en muchos países tienen tasas impositivas menores.
Esta semana se discutió un incremento del impuesto al tabaco con un doble objetivo, teniendo en cuenta las argumentaciones realizadas en favor de la propuesta. Por un lado, se espera que se reduzca el consumo, y, por el otro lado, que aumenten las recaudaciones.
En ambos casos, las consecuencias positivas se verán de manera directa en la salud y en la política sanitaria, ya que un menor consumo tenderá a reducir enfermedades cardiorrespiratorias y varios tipos de cáncer, e inclusive podrían mejorar las condiciones de salud de mujeres, así como las de niños y niñas recién nacidos por el efecto dañino que tiene el cigarrillo durante el embarazo.
Adicionalmente, se espera que se reduzca el gasto público destinado a enfrentar las enfermedades ocasionadas por el tabaco, con lo cual esos fondos podrán ser destinados a otras patologías o a la prevención.
El desincentivo al negocio también podría mejorar la imagen de Paraguay en el exterior. Cada cierto tiempo nuestro país se encuentra en las noticias internacionales por el decomiso de cigarrillos paraguayos en los países de la región. Si el objetivo es posicionar al país en el concierto de las naciones, obviamente, esas noticias atentan contra cualquier buena imagen.
Desde algunos sectores manifestaron la preocupación sobre el impacto negativo en el empleo generado por esta industria, debido al posible aumento del impuesto.
Para enfrentar este problema existen las políticas de reconversión industrial y de la mano de obra. Cualquier país dinámico debe tener políticas para enfrentar los cambios económicos y sociales.
Paraguay debe avanzar hacia un sistema tributario más justo, que sirva tanto para recaudar, como para fomentar conductas que contribuyan al bienestar de las personas.
El impuesto al tabaco, al alcohol, a las bebidas azucaradas y a la comida chatarra debe se considerado como instrumento para el logro de estos objetivos.

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