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El abogado del crimen tiene todas las cartas para ganar. De entrada, saber que el guión es del renombrado escritor Cormac McCarthy es un incentivo. Además, está el elenco de lujo: Michael Fassbender, como el “consejero” (que sería el título original del filme, que se convierte en irónico porque es el que menos sigue consejos), Javier Bardem (con otro look y personaje extravagantes), Cameron Diaz (encarnando a Malkina, una mujer “depredadora”), Penélope Cruz, como la inocente, hermosa y sensual futura esposa del abogado, y Brad Pitt, como un elemento del negocio turbio que va mal.
El as bajo la manga es lo inusual del relato, la perplejidad reina durante bastante tiempo hasta que se van juntando los hilos de la trama (que resulta bastante sencilla pero, aún, espeluznante). Al inicio, la forma en que está estructurada la historia recuerda un poco a Robert Altman, por lo del relato coral, pero enseguida se nota que hay otra cosa detrás. Más bien, alguien diferente. Es el primer guión de Cormac McCarthy (No country for old men). Hay mucho discurso con calidad literaria (y eso no es común) y, aunque parezca que no sigue esquemas, por lo menos sigue lo que Chéjov decía: se anuncia en el primer acto algo que sin duda se mostrará en el tercero. “La masacre por venir superará la imaginación”, avisa Malkina. Ese mundo implacable descrito no es irreal: existe y es aterrador saberlo. Es por eso que la violencia y la maldad descritas (y mostradas sin tapujos) se instalan en la mente como un mal sueño.