“Se dice que una vez en la vida uno tiene que hacer un cambio grande, y yo hice este, toda la vida en mi mente pensaba vivir a América del Sur, y la primera vez que vine a Paraguay me gustó su paz y su historia de lucha, que tiene en común con mi país”, cuenta el artista, con un español lento y una sonrisa.
En tierra paraguaya se dedica al arte, su gran pasión, pintando y observando. “Siempre es interesante aprender sobre arte, me gusta observar”, dice.
Desde niño sintió atracción por el mundo artístico pero su incorporación a ese mundo, de manera profesional, se dio cuando hizo el diplomado sobre teoría y composición de pinturas en técnicas del arte de la Universidad Pulaski. “Me interesa todo sobre pintura, cómo se usa y cómo buscar armonía, por eso me metí a esa carrera”, rememora.
En Paul influyó principalmente una profesora que vivió en Francia, y le enseñó mucho sobre arte moderno. “Teníamos en la universidad un seminario sobre el tema y solamente asistimos tres alumnos, al resto de mis compañeros no les interesaba, y ahí aprendimos todo lo relacionado al arte actual”, señala el checo.
Luego de la carrera, Paul y sus amigos expusieron sus trabajos, y por el éxito que tuvo, la muestra fue llevada al norte de su país y Austria. “Después viajamos, pero siempre viví del arte. Mis clientes son principalmente de Estados Unidos, Alemania y Frankfurt”, cuenta.
LO QUE SE VIENE. Su especialidad es la técnica combinada, y los formatos de sus cuadros varían según los gustos de sus clientes, aunque prefiere las pinturas de gran formato. “Utilizo pinturas a base de aceite y pinturas acrílicas; el pincel y también una técnica de dactinopintura, en la que se toca con las manos, se crea directamente cuando se concentra la energía y necesitas exteriorizar”, menciona, agregando que uno se tiene que “dejar llevar” y eso hace que la obra sea única.
En su casa, no tiene un rincón específico para pintar, pero generalmente lo hace en el patio. “Necesito mucho espacio y poder ensuciar sin inconvenientes”, dice, entre risas.
El sueño actual de Paul Durda es exponer sus obras en Paraguay, de hecho está visitando las galerías de arte para interiorizarse sobre lo que le gusta a la gente, y a la par prepara pinturas para cuando llegue el momento de dar a conocer su trabajo al público de nuestro país, que aún no sabe de sus obras.
Nueva mirada
En Paraguay, la mirada del arte de Paul Durda no cambió, pero percibe cosas que antes no veía. “Acá hay mucha libertad para crear, no es tanto como Europa”, dice. No obstante, considera que es más difícil crecer para el artista. “El sentido de estética del paraguayo es muy particular, no hay tanto arte histórico o no se aprecia lo suficiente, y no es muy fácil que se abran porque están acostumbrados a lo mismo de siempre”.