Argentina conmemoró ayer los 25 años del comienzo de la Guerra de las Malvinas con un homenaje a los casi 700 caídos en combate, a los veteranos de guerra y un nuevo reclamo a Gran Bretaña para que retome las negociaciones sobre la soberanía de las islas.
En un acto realizado en Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina y a 900 kilómetros de las Islas Malvinas, miles de personas se congregaron para recordar el desembarco realizado por el Gobierno militar en 1982, que tres meses después concluyó con la rendición ante la potencia europea.
Una gran bandera argentina y una gigantografía con la silueta de las islas en disputa formaban parte del escenario montado para el acto de conmemoración en la fría y soleada Ushuaia, al que asistieron muchos excombatientes.
“Una vez más, convocamos al Reino Unido a que atienda los llamamientos internacionales y reanude las negociaciones de la manera indicada por Naciones Unidas”, dijo el vicepresidente argentino, Daniel Scioli, en el acto.
“Ni la guerra ni el tiempo cambian la realidad, las Malvinas son argentinas, siempre lo fueron, siempre lo serán”, agregó Scioli, en un acto que contó con la presencia del canciller argentino, Jorge Taiana, y la ministra de Defensa, Nilda Garré, pero con la ausencia del presidente Néstor Kirchner.
Entre los excombatientes presentes estaba José Ricci, de 45 años.
“Para mí era muy importante hacer los 3.500 kilómetros en micro y rendir homenaje. Tengo amigos que quedaron allí en Malvinas y acá estoy más cerca”, dijo Ricci.
La guerra finalizó con la rendición el 14 de junio, con el fallecimiento de 649 soldados argentinos y 255 ingleses.
Desde que asumió el poder en mayo del 2003, Kirchner empuñó la bandera del reclamo argentino, luego de que en la década de 1990 el ex presidente Carlos Menem buscara acercar los vínculos con los habitantes de las islas haciendo a un costado la discusión por la soberanía.
La semana pasada, Argentina anunció que daba de baja un acuerdo de 1995 para la exploración y explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur, que según el país sudamericano era utilizado por Gran Bretaña para dar unilateralmente concesiones en las islas.
También anunció el jueves que prohibirá a petroleras que hayan operado en Malvinas bajo legislación británica tener negocios en Argentina, en un anuncio de puro impacto político, dado que no afectaría a ninguna empresa grande del sector.
Gran Bretaña lamentó la decisión, dijo que era un “paso atrás” que no ayudaba al reclamo argentino por la soberanía de las islas, que el país europeo controla desde el año 1833. REUTERS