El Gobierno de nuestro país ha demorado mucho en conseguir las preciadas vacunas contra el coronavirus. El Paraguay es uno de los países que más se retrasaron en toda la región en obtener las primeras dosis para inocular a su población, por haber confiado casi exclusivamente en el sistema Covax, una alianza con participación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en teoría pretendía garantizar un acceso equitativo mundial a las vacunas, pero que en la práctica ha fracasado ante la carrera de los países más ricos por disponer primero.
Al no preocuparse de realizar desde el inicio del proceso otras gestiones internacionales, el gobierno de Mario Abdo Benítez se quedó rezagado, en comparación con otros países vecinos, que ya empezaron a vacunar desde fines del año pasado.
Finalmente, cuando se empezaron a obtener las primeras dosis, todavía muy pocas en comparación con el gran volumen que aún se necesita para inocular a la mayor parte de la población, en lugar de acelerar el proceso de vacunación para recuperar el terreno perdido, las autoridades sanitarias están operando con mucha lentitud, con la excusa de que la primera etapa está exclusivamente destinada a los adultos muy mayores (primero los de 85 años para arriba, luego los de 75), pero que los mismos no están concurriendo a los locales habilitados, en la proporción que se esperaba.
Es verdad que existe un sector importante de la población que se resiste a vacunarse, principalmente por ser víctimas de intensas campañas de desinformación, a través de noticias falsas, sobre presuntos riesgos para la salud (lo que es categóricamente desmentido por los expertos científicos mundiales), pero también hay muchas personas que simplemente no se han enterado con la debida claridad de los sistemas de vacunación y de sus beneficios. Existe también un gran déficit de comunicación de parte del Gobierno y, en especial, del Ministerio de Salud.
La no concurrencia a vacunarse no justifica que la campaña tenga que paralizarse en las franjas de edades de los muy mayores. Según un informe publicado ayer por este diario, hasta el jueves sobraban más de 113.000 dosis sin usar en la aletargada campaña anti-Covid.
Haciendo un desglose de las vacunas que llegaron al país, se destacó que se usaron poco más de la mitad, restando aplicar más de 113.000 dosis, principalmente de la vacuna AstraZeneca. Según el mismo informe, desde el 18 de febrero arribaron al Paraguay 417.400 dosis anti-Covid, las cuales, al ser fraccionadas en las correspondientes dos dosis, alcanzan para vacunar a 257.900 personas, pero la cantidad de inmunizados hasta el jueves no pasó de 145.000 personas que recibieron por lo menos la primera dosis.
Ayer, el Ministerio anunció que desde el lunes empezarían a vacunar a los mayores de 70 años en adelante. Sin cerrar la posibilidad de que los de mayor edad también se puedan seguir vacunando, es urgente convocar a otros sectores, a la par de insistir en las gestiones para conseguir más inmunológicos. Cuanto más rápido se avance en inocular a la mayor parte de la población, más rápido se podrá ir superando la crisis y obtener más logros en la reactivación de la economía.
