Frente a las perspectivas de instalación paulatina de tiendas francas en las principales ciudades fronterizas del Brasil, tal como lo estipula la Receita Federal, se agudiza la preocupación del comercio paraguayo limítrofe y surgen –desde la visión de algunos analistas consultados por ÚH– opciones para hacer frente a la realidad que imperará próximamente.
Se trata de un régimen en el que las compras serán realizadas por personas en tránsito de viaje terrestre con tratamiento tributario diferenciado. Foz de Yguazú y otras localidades brasileñas próximas a la frontera con Paraguay, así como Uruguay, podrán albergar espacios donde se instalarán las denominadas lojas (tiendas) con determinados productos.
Al tiempo de encenderse la alarma entre los comerciantes y empresarios de la franja fronteriza paraguaya, el análisis de especialistas locales se direcciona básicamente hacia una reconversión de la oferta en localidades como Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero y Salto del Guairá.
Para Amílcar Ferreira, podría gestarse una medida similar para convertir estas urbes citadas últimamente en casi zonas francas, con áreas destinadas exclusivamente a ventas con tributos diferenciados.
“Se podrían constituir unas 15 a 20 cuadras donde la gente pueda adquirir productos sin impuestos, ya que hoy mismo de hecho y por el régimen de turismo, algunos tributos son simbólicos para beneficiar el comercio. Así, los extranjeros podrán comprar con ventajas”, sostuvo.
Recordó que la medida en el vecino país ya fue gestada en 2012 y aprobada como ley en 2014, con un reglamento que surgió en marzo de este año, y es principalmente con el fin de generar competencia en las ciudades fronterizas paraguayas que desarrollan el régimen llamado de triangulación.
“De esta manera, los brasileños, que hasta ahora vienen a Ciudad del Este, por ejemplo, a realizar sus compras, tendrán una alternativa sin tener que cruzar la frontera, al tener acceso a mercaderías similares, pero a menor costo”, explicó.
Otra de las alternativas que, a criterio de Ferreira, deberían establecer las autoridades nacionales es dotar de mejor infraestructura a las ciudades involucradas, para competir en calidad. Esto significa, según dijo, diseñar estrategias para concretar alianzas público-privadas con el fin de que el servicio turístico se posicione mejor.
“Se deben hermosear calles, reconvertir fachadas de edificios, potenciar la hotelería, establecer tiendas de suprema calidad y variedad, todo monitoreado por una policía turística. De esta manera, se mantendrá vigente el comercio, que no solo estará basado en una diferencia arancelaria como hasta ahora. Hoy los compradores vienen solo porque los impuestos les resultan baratos”, sostuvo.
De su contacto con referentes solo de Ciudad del Este, el analista refirió que unas 200.000 personas dependen directamente del flujo comercial en esta ciudad, lo que evidencia la importancia de reconvertir los espacios y las ofertas comerciales en la zona, frente al impacto que tendrán las tiendas francas al otro lado de la frontera.