14 feb. 2025

Año nuevo, lucha nueva

P. Víctor Urrestarazu
vurrestarazu@villamorra.org

"…cuando regresaban, el Niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Estos creían que iba en la caravana, y al terminar la primera jornada lo buscaron entre los parientes y conocidos. Al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, no sólo escuchándolos, sino también haciéndoles preguntas. Todos los que le oían estaban sorprendidos de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, se quedaron asombrados, y su madre le dijo: ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados’. '¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?’ Pero ellos no comprendieron lo que les decía. Regresó con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos. Su madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres”. (Lc 2, 41-52)

En pocas horas finalizará el 2006 y comenzaremos un nuevo año. Esta lectura puede darnos algunas ideas para vivir el 2007 de acuerdo a lo que Dios espera de nosotros.
San Lucas ha recogido el episodio del Niño Jesús perdido y hallado en el templo. El viaje a Jerusalén era obligatorio sólo para los varones de doce años en adelante y en estas peregrinaciones los judíos solían caminar en dos grupos: uno de hombres y otro de mujeres. Los niños podían ir en cualquiera de los dos grupos y esto explica que pudiera pasar inadvertida la ausencia del Niño.
La solicitud con que María y José buscan al Niño ha de estimularnos a nosotros a buscar siempre a Jesús, sobre todo cuando lo hayamos perdido por el pecado. Qué mejor manera de iniciar el 2007 que reconciliarnos con Dios por medio del Sacramento de la Penitencia. Es hora de acudir al tribunal de misericordia en el que Dios nos perdona todos nuestros pecados. Este nuevo año es sin duda una ocasión estupenda para recomenzar nuestra lucha por vivir como hijos de Dios.
Todos conocemos el refrán popular que reza: “Año nuevo, vida nueva”. Se trata de una frase que desafortunadamente pocas veces se convierte en realidad, ya que es absurdo pensar que un simple cambio de calendario traerá la solución automática a todos nuestros problemas. Por este motivo San Josemaría afirmaba: “Año nuevo, lucha nueva”. Es obviamente una visión más acertada y más realista de lo que debe representar este nuevo año que inauguraremos en breve, es decir una nueva oportunidad para amar a Dios y a los demás. ¿Cómo lo haremos? Cumpliendo los mandamientos de la ley de Dios.
No podemos dejar pasar esta ocasión para solicitar la maternal intercesión de nuestra Madre Santa María; pidámosle con confianza de hijos que nos guíe, que nos lleve a Jesús y que nos proteja de todos los peligros en este nuevo año.