La ciudad capital está altamente impermeabilizada. Esto quiere decir que existen menos espacios para la infiltración natural del agua al subsuelo, a lo que se añade el hecho principal de la falta de un plan integral de manejo de los recursos hídricos, según el ingeniero Roger Monte Domecq, especializado en gestión de recursos hídricos y docente de la UNA y la UCA.
El experto explicó que se producen dos tipos de inundaciones. Una es la ribereña, que es cuando el río crece, y la pluvial, que es originada por las tormentas severas, como las del 7 de diciembre del año pasado.
En cuanto a estas últimas, con el evento de fines del 2006 se pudo comprobar que los arroyos capitalinos no están preparados para conducir las aguas caídas, por diversas razones.
Entre estas se pueden citar las obras de defensa que los vecinos hacen, que disminuyen la sección de los cauces, la citada alta impermeabilización (pavimentos de cemento y asfalto, que no permiten absorber el líquido), el hecho de que viviendas se ubiquen en lugares que son parte del cauce de los arroyos y las colmataciones por arrastre y basura.
Ante ello, hace falta un proyecto integral de manejo hídrico, recalcó Monte Domecq e hizo alusión a las soluciones parches que ahora se presentan en la Municipalidad de Asunción, con lo que se tiene previsto gastar tres mil millones de guaraníes.
CAMBIO CULTURAL. También hizo alusión a la necesidad de un cambio cultural, inclusive en la construcción de viviendas. “La urbanización genera que nosotros no tengamos una infiltración natural al subsuelo y, entonces, cada vez tenemos más construcciones y una zona impermeable y al no tener una sistema de conducir esa agua tenemos las inundaciones”, prosiguió. Añadió que es un problema que se da en las grandes ciudades de América Latina.
“Hay un nuevo concepto del manejo del agua de lluvia, donde hasta hoy se nos ha enseñado en la universidad en la Facultad de Arquitectura, de Ingeniería (concepto sanitarista)... hoy habría que pensar en un control de esa agua en la fuente. En donde tengo yo un jardín, entonces yo puedo absorber parte del agua de lluvia”, acotó.
EXPERIENCIAS. Ciudades como Resistencia, en Argentina, y Porto Alegre, en Brasil, ya tienen legislación municipal que obliga al dueño de un lote a dejar un porcentaje del área del terreno libre sin construcción para que pueda absorber el agua, según ejemplicó. La necesidad de pavimentos alternativos al asfalto y al cemento también están siendo estudiados. Los empedrados y los adoquines son opciones ya empleadas.