“Apenas se cerraron las fronteras, los sectores alimenticio y domisanitario lograron hacerse cargo del mercado, ciertamente enfrentando otros problemas como el poco suministro de las materias primas para procesar los productos; pero ahora hay más demanda que producción. Espero se mantenga, amén de evitar que de afuera venga el contagio”, refirió.
Al referirse a la fecha de ayer, indicó que le hubiese gustado festejar, pero que el sector se encuentra con serios problemas. Agregó que normalmente el empresario industrial cuida a sus trabajadores, y que con el tripartismo actual entre la cartera de Estado, los empresarios y el sector sindical se están buscando medidas que apuntan a mantener los empleos.
Citó también algunos subsectores, como el hotelero, el de las agencias de viaje y los restaurantes, de los que dijo serán los ámbitos a reconvertirse en el futuro, ya que es incierto el tiempo en que podrán volver a operar al cien por ciento.
En su análisis de lo que ocurre en el mercado actual, dijo que queda demostrado lo mal que le hace al país el contrabando, ya que no paga impuestos, se adueña del mercado y arriesga puestos de trabajo. “Por eso el empresario industrial paraguayo siempre queda muy débil, porque sólo puede llegar al 50% de ese mercado comprador”, definió.
Al tiempo de sostener que se deben reivindicar las políticas que permitan reducir al mínimo el contrabando, dijo que en esta cuarentena inteligente hay que capitalizar a las empresas para que respeten las normas y exigencias, ya que ni hará falta que las autoridades competentes determinen un nuevo cierre por resolución, porque tendrán que bajar de nuevo las persianas de manera natural para evitar el contagio.
“Hay 640 mil colaboradores en el sector industrial, entre empleados y obreros; es decir que con sus familias son 2,5 millones los habitantes que dependen de la industria”, sostuvo finalmente.