Los precios de los aceites vegetales, el azúcar y los productos lácteos sufrieron una suba en junio, mientras que en los mercados de cereales y carne la mayoría de las cotizaciones registraron una reducción.
En general, los resultados del monitoreo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) muestran un incremento de 2,4% respecto a mayo.
Los productos de la agroindustria encabezan la suba intermensual con un 11,3% en el índice de precios de alimentos elaborado por el organismo internacional. En el caso de los aceites de soja y girasol, responden a las limitadas disponibilidades exportables de los principales países exportadores.
En segundo lugar se encuentra el azúcar, cuya cotización sufrió un aumento de 10,6%. Este comportamiento se da como consecuencia del repentino repunte del petróleo en el mercado internacional, que su vez alentó a los países productores, como el Brasil, a industrializar más caña de azúcar para producir etanol que azúcar, lo que ocasionó una menor disponibilidad para su exportación, a lo que se suma la congestión de los puertos brasileños por las medidas sanitarias para contener la pandemia del Covid-19.
En cambio, en Paraguay persiste el reclamo de los cañicultores contra el contrabando de azúcar, al ser una amenaza para la industria que por ahora depende del consumo local al no lograr colocar sus productos en el mercado internacional.
En cuanto a los productos lácteos, en el último mes se registró el primer aumento del precio luego cuatro meses consecutivos de descensos, aunque con el 4,6% permanece por debajo del nivel observado en el mismo periodo del 2019.
Las bajas se registraron en los cereales y la carne, donde se destacan en el primer segmento las reducciones el trigo y el arroz, mientras que el maíz aumentó tras varios meses de descenso como resultado de una cierta recuperación de la demanda.
Este último comportamiento, de acuerdo con la consultora Mentu, podría favorecer al ritmo de los créditos agrícolas, luego de que el sector apostara menos a las inversiones y pidiera la renegociación de sus deudas.