José Alberto Alderete, quien asumirá la titularidad de Itaipú Binacional, defiende al presidente electo, Mario Abdo Benítez en el caso que involucra al diputado colorado José María Ibáñez.
Según Alderete, el futuro gobernante no puede inmiscuirse en temas que corresponden al Poder Legislativo.
No obstante, recalcó que el pago a los caseros con dinero público, hecho por Ibáñez, no es respaldado desde el Gobierno electo ni en Colorado Añetete. “El hecho en sí por el cual se le juzga al diputado Ibáñez no refleja el pensamiento ni los principios que dieron origen al movimiento Colorado Añetete”, aseguró Alderete.
Agregó que lo que hizo Ibáñez “es su responsabilidad personal y no tiene por qué afectar al presidente electo y al movimiento Colorado Añetete”.
“Marito no se apartó ni se va a apartar de sus discursos de campaña”, indicó Alderete, quien fue justamente el jefe de campaña de Abdo desde el 2015, cuando primeramente, el ex senador intentaba ocupar la presidencia de la Junta de Gobierno, hasta las últimas elecciones, donde se consagró presidente de la República.
“Él (Marito) siempre también habló y criticó la intromisión de los miembros de un poder del Estado en otro poder, como el Legislativo; es decir, Marito siempre enarboló la institucionalidad y el respeto a la Constitución Nacional y la no intromisión respetando la independencia de los poderes del Estado, como tiene que ser”, aseveró Alderete.
Señaló que la determinación tomada por los diputados de colorados Añetete que salvaron a Ibáñez de perder la investidura, es exclusivamente de los legisladores.
“Marito no dio instrucciones, no se metió en este tema, como en otros temas tampoco se mete. Él respeta la autonomía de los parlamentarios, lo cual es muy importante para que funcionen las instituciones del Paraguay”, significó.
El miércoles pasado, la mayoría de la Cámara de Diputados –entre ellos colorados abdistas y liberales– decidió no hacer lugar al pedido de la pérdida de investidura del legislador, que confesó haber robado.
Durante esa sesión, Ibáñez se jactó de haber ingresado a este periodo en la Cámara Baja gracias a 40.000 votos, sin embargo, evitó mencionar que en las internas se encontraba en el número dos de la lista de candidatos, que encabezó Ariel Oviedo, cuya candidatura y rostro fue el que apareció en todas las propagandas y en los boletines, no así el de Ibáñez, que en ningún momento salió a hacer campaña proselitista.
Para las generales, se ubicó en el puesto número siete, y nuevamente fue Oviedo quien encabezó la nómina.
Ibáñez, Oviedo y otros, fueron los primeros que dieron la espalda a Horacio Cartes.