

Los casos de agentes policiales envueltos en actividades delictivas van en alarmante aumento.
La semana pasada se denunciaron hechos de tortura, abuso de la autoridad en el ejercicio del trabajo policial, un intento de feminicidio llevado adelante por un uniformado que estaba ebrio en el momento del hecho y un efectivo que fue detenido e imputado por el homicidio de un militar.
Esto sumado a la revelación del comandante de la Policía, comisario Gilberto Fleitas, de la suspensión temporal de 22 agentes policiales por adicción a las drogas. Los agentes estarán en un proceso de recuperación de seis meses, según establece la Ley Orgánica Policial.
Otros 21 uniformados fueron desvinculados el año pasado por cometer distintos delitos, había admitido Fleitas.
El último escándalo se dio con la denuncia de un docente de la comunidad indígena Angaité hacia agentes de la Comisaría 10ª de Concepción por tortura y malos tratos.
El caso ya está en manos de la Fiscalía de Derechos Humanos que cuenta con fotos de los golpes que el hombre recibió en el rostro y en otras partes del cuerpo.
El comisario Leonardo Maidana, el suboficial Elías Benítez y un oficial de apellido Ojeda son los señalados.
El docente de nombre Silvestre Aguilera Montiel fue a solicitar el certificado de vida y residencia; los uniformados tardaban en atenderle el pedido y ante su reclamo, le habrían propinado una feroz golpiza.
Para el criminólogo Juan Martens, estos hechos violentos y otros delitos forman parte de la vida cotidiana de un uniformado que siguen operando apoyados en la impunidad.
“El delito forma parte de la actividad cotidiana de miles de policías, día tras día, con la complicidad institucional y la de sus jefes, con quienes comparten parte de sus ganancias. Irónicamente le llaman trabajo, cuando están extorsionando, deteniendo sin causas”, opinó a través de su cuenta en redes sociales.
En su opinión, los agentes que eligen transitar por el camino de la delincuencia utilizan la patrullera y la comisaría como centros de operaciones ilegales.
Para Martens, existe una crisis en las filas policiales y es necesaria la depuración de la institución. “Si queremos una Policía que cuide y garantice derechos es urgente una refundación de la Policía Nacional, no simples cambios”, agregó.
POR EL CAMINO. Para el comisario Hugo Aguilera, director del Instituto Superior de Educación Policial (Isepol), la crisis en filas policiales no guarda relación con la formación, sino con factores externos. “Sacamos un producto bueno a la calle, pero se nos descompone por el camino y quizás sea una situación que debamos ir ajustando de a poco”, había manifestado el jefe policial.
Actualmente, son 25.000 efectivos en actividad, de los cuales, 4.000 hacen trabajo administrativo y 21.000 son operativos. Para los referentes de la institución se requieren de 60.000 efectivos para hacer frente a la delincuencia.
No podemos tener colegas que estén consumiendo drogas y con una pistola en la cintura. Tenemos que ser serios. Gilberto Fleitas, comandante de la Policía.
El suboficial de Policía Oliver Lezcano Galeano (22) está bajo la lupa de la Fiscalía luego de ser detenido como principal sospechoso del crimen del sargento Líder Ríos Cañete, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el 24 de enero, después de 12 días de estar desaparecido.
Lezcano Galeano ya habría confesado a los policías que intervinieron en el caso su autoría en el hecho, pero actualmente se está indagando el trasfondo y esto salpica al agente policial, recientemente graduado, con otras actividades delictuales.
Los investigadores están analizando el teléfono celular del fallecido que había manifestado a sus familiares que estaba por emprender un negocio con un amigo policía.
Se manejaba la información de que el negocio era la compraventa de prendas de vestir procedentes de Brasil, pero últimamente, también siguen la pista de que el uniformado estaría involucrado en un negocio vinculado a la venta de drogas.
La víctima fatal, además de su actividad como militar, también se desempeñaba como conductor de la plataforma Bolt y fue abordado por su victimario cuando estaba realizando este trabajo.
El hombre, según indican los médicos forenses, fue ejecutado con un balazo en la cabeza disparado a corta distancia.
El suboficial Lezcano fue asociado también a otros asaltos violentos a conductores de la mencionada plataforma; al menos seis víctimas de robos lo reconocieron.
Dejá tu comentario