“Y ciertamente ellos no han acordado dejar de recolectar información de inteligencia sobre Australia”, dijo Abbott a la emisora Fairfax donde, no obstante, señaló que Camberra y Yakarta siguen siendo “amigos cercanos y aliados estratégicos”.
Abbott puntualizó así a su ministra de Asuntos Exteriores, Julie Bishop, que ayer dijo que Australia no se valdrá de cualquier recurso que pueda dañar a su vecino en una visita a Yakarta donde acordó una hoja de ruta para restablecer las relaciones bilaterales.
Bishop y su homólogo indonesio, Marty Natelegawa, acordaron un plan de seis puntos -por el que todavía no se ha fijado ningún plazo- y el establecimiento de una línea directa para evitar futuros problemas diplomáticos.
Indonesia mantendrá la suspensión de la cooperación bilateral en defensa y seguridad, así como en inteligencia hasta que se aborden una hoja de ruta que incluye el establecimiento de un código de conducta en las relaciones bilaterales y la cooperación en inteligencia.
Bishop describió este acuerdo como un “entendimiento conjunto” que abarca los principios del Tratado de Lombok suscrito en 2006 en el que ambos países se comprometen a respetar la integridad territorial del otro.
Por su parte, Natalegawa dejó abierta la posibilidad de que el embajador indonesio, Nadjib Riphat Kesoema, regrese a Australia, pero enfatizó que “la reconstrucción de la confianza mutua” depende de Australia.
Natalegawa, quien hoy se reúne con el presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, dijo que las declaraciones de Abbott no contradicen necesariamente lo expresado por Bishop, según la agencia local AAP.
Indonesia suspendió el 20 de noviembre la cooperación militar y de lucha contra la inmigración con Australia en respuesta al caso de espionaje revelado dos días antes por la prensa local.
El caso se conoció tras la publicación de documentos filtrados por el ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, Edward Snowden, que revelaban que los servicios secretos australianos intentaron sin éxito escuchar una conversación de Yudhoyono.
También rastrearon la actividad de su celular durante 15 días en 2009 y del de su círculo de colaboradores más próximo, incluida su esposa, según los documentos publicados por la ABC y el diario “The Guardian Australia”.