Alicio Solalinde tomó la nave decana en medio de la tormenta y como un gran timonel, la reflotó para alegría de los hinchas.
–Al silbatazo final del árbitro, se te aflojó la tensión ¿verdad?
–Es así realmente. Por suerte ganamos y sufriendo bastante. A veces es mejor festejar de esta manera, pero a mí no me gusta sufrir mucho para dar rienda suelta a mi alegría. Este partido lo sacamos arriba con coraje y mucho amor propio.
–¿Pensaste que se te venía la noche con el 2-0 en contra?
–No te puedo demostrar en hechos la forma en que estuve con el dos a cero en contra. Es más, por nuestro afán de acortar la distancia estuvimos expuestos a otros goles más. Creo que con los retoques que hicimos en los momentos calientes, se corrigieron las cosas y llegamos a los goles.
–¿Tenías el convencimiento de que se podía dar la vuelta al resultado?
–Si vamos por jugadores de buen nivel técnico, sí, pero en medio de esa estampida habría que tener la fortaleza anímica necesaria para torcer el curso de los acontecimientos, y esa tuvieron los jugadores. No bajaron nunca la guardia y siguieron con la mentalidad firme hasta ponerse a punto del empate, lograrlo y superar en goles al adversario.
–¿Sin dudar te quedás con la producción del segundo tiempo?
–Sin lugar a dudas. En ese primer tiempo no jugamos bien y además cometimos muchos errores. En la complementaria también, hasta que llegó el segundo del rival. De toda la complementaria, los últimos quince minutos finales me llenaron de satisfacción.
–¿Y después de esto?
–Y bueno, con esta victoria vamos a mejorar en cuanto al autoestima de todos y nos ayudará a fortalecer más nuestra condición espiritual para afrontar el siguiente compromiso, que será complicado, porque se trata de Tacuary.