25 abr. 2024

Kuña guapa

Explica el poeta Mario Rubén Álvarez que “en el castellano paraguayo, guapa es la mujer trabajadora, la que no rehúye el sacrificio y se enfrenta con coraje a los reclamos de la supervivencia cotidiana”. El escritor paraguayo alude a otro vate con esas palabras: Clementino Ocampos, autor de una obra homónima al título de este comentario.

Quiero detenerme en el adjetivo “trabajadora” y calificar con ella hoy a la insigne Berta Rojas, Kuña guapa de la historia cultural del Paraguay, incansable difusora de la obra del hombre cuya figura adorna los billetes de G. 50.000.

Es que la maestra del Berklee College of Music acaba de coronarse en lo más alto de la música de estos lares con dos premios Grammy Latinos, por su delicioso Legado (aprecié especialmente Danse Rythmique).

No es poca cosa lo de Rojas, que además destaca en un apartado especial: música clásica. Los merecimientos sobran para esta artista paraguaya, quien subrayó asimismo que dedica los galardones a su tierra. “Ha sido un constante desafío, pero la música me regala estos momentos y yo se lo entregó con mucho cariño a mi país, a ese país que sueña, que trabaja y que está comprometido con mostrar la mejor cara del Paraguay”, declaró en el programa La Lupa.

Así, la talentosa delegada de las seis cuerdas nunca se aparta de sus orígenes, a pesar del vilipendio acostumbrado de muchos representantes públicos hacia esta patria. Aprendamos un poquito, por favor.

Compartimos tu alegría, maestra, y reiteramos tus acertadas declaraciones: “No voy a ocultar que son horas muy felices. La música nos regala momentos increíbles como estos que estoy viviendo, que es un momento por el cual yo estoy trabajando mucho”. Vale el esfuerzo.

Y sí que viene trabajando Berta, son décadas dedicadas al arte, peleando incluso por su vida por momentos, y saliendo airosa siempre. ¡Qué ejemplo, querida Berta!

Y horas muy felices son también las que hemos pasado escuchando tus interpretaciones, profesora, tus conciertos con los jóvenes, las historias de Mangoré saliendo de tu boca, tus sabios consejos y dulces sonrisas. Horas felices observando tu lucha incansable por la sublime existencia.

Quiero desde este humilde espacio contarte que había una vez un joven, a quien conocí, muy modesto, enjuto de billetes realmente, pero que ahorró guaraní por guaraní para comprarse tu cedé Cielo Abierto, allá por el 2006 en un centro comercial asunceno. Esa obra que tan bien la define Jim McCutcheon: “Solo una vez en mucho tiempo aparece un cedé de guitarra clásica que es tan impecable en todos los aspectos del profesionalismo”. Entonces, ese muchacho empezó su recorrido por tu discografía, por tu labor artística. Él quería escucharte, conocerte, darte un abrazo, y más temprano que tarde, sé que se le fueron cumpliendo todos esos sueños.

Hoy contigo, Berta Rojas, Kuña guapa, repito tus palabras alentando a los mancebos de esta tierra a luchar por sus ideales, a comprometerse con el presente porque es cierto, así como lo dijiste: “Los jóvenes deben ser rebeldes con causa para no hacer caso al sistema que conduce a lugares donde no debemos ir como humanidad. La cultura es donde se encuentra fortaleza. Así que cuando te toque elegir a quién seguirle o a qué medio seguirle, buscar siempre lo mejor. Elegir bien lo que leemos y no desperdiciemos nuestro tiempo leyendo basura, perdón por la palabra, pero podemos invertir tiempo leyendo a los grandes pensadores de este tiempo”.

Estamos orgullosos de vos. Para nosotros hace rato trajiste el mundial cultural, el que más importa, que de fútbol poco bueno hay para decir ahora mismo. Gracias por mostrarnos el camino hacia el éxito verdadero, que aclaraste requiere de paciencia, pero que se puede alcanzar. Gracias, Berta, por representar tantos valores que hoy muchos no tienen en cuenta. Reconocemos tus logros compartidos. Felicidades, maestra, y que sigan los triunfos.

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