La defensa de la USF viene por lo siguiente: La Aldea SOS transfirió el terreno al Ministerio de Educación. Un convenio firmado hace unos 5 años permitió que el puesto se ubique en el mismo espacio que además de la USF y la Aldea es ocupado por la escuela privada subvencionada Hermann Gmeiner. La cuestión radica en que la directora Rocío Amarilla se opone a que el acuerdo se renueve.
Razones. Amarilla es tajante con su negativa. Cuenta que como los baños del puesto están descompuestos, los pacientes utilizan el de la escuela. También le preocupa que el portón quede abierto en el horario de atención, lo que puede facilitar la entrada de personas extrañas. “En los cinco años el Ministerio de Salud no ayudó a la USF. ¿Lo hará ahora?”, dice la docente. Sin embargo, es un hecho la renovación por otros 5 años.
Más allá del conflicto, la doctora Pamela Dioses y el equipo compuesto por una obstetra, una enfermera y tres agentes comunitarios continúan con su labor.
Dioses cuenta que en la zona por la época abundan los cuadros de enfermedades respiratorias. Pero en particular señala también que hay muchas consultas por casos de asma, síndrome bronquial y obstructivo. También han atendido a pacientes con erupciones en la piel. La doctora cuenta que en sus visitas domiciliarias abarcan los casos de adultos mayores abandonados y también fuera de su zona de cobertura.