Mi insistencia es de sugerencia firme. Y añade que esta sugerencia es muy peligrosa.
¿Peligrosa para mí? Puede ser. Por algo semejante en la dictadura tuve que estar 27 años en exilio. Era absurdo, pero la degeneración de una política degenerada (aún existe) hace cosas impensables.
Pero ahora la peligrosidad es de otra clase.
Lo que he dicho de unión entre eucaristía y pobres puede turbar a personas cristianas conservadoras y hacer frenar esta sugerencia tan cristiana tachándola de política.
Y, ciertamente, lo escrito en Buenos Días Paraguay de Última Hora es profundamente político porque podría a los cristianos católicos, organizados como Iglesia, públicamente tomando partido por los empobrecidos tan olvidados y atacados por los ricos en plata y por sus servidores que tienen el poder. Y todo esto uniendo la maravilla de la Eucaristía con lo más pobre de la sociedad.
En estos días, de tanta confusión en el Paraguay, hacer todo esto por la religión mayoritaria del país, sería un hecho político que frenaría el “hacer más de lo mismo” que un partido, también la oposición, han hecho casi continuadamente durante casi 60 años. Ciertamente, con poco provecho para los pobres.
Por eso, repito que la unión de Eucaristía (en la Festividad del Corpus Christi y en el próximo Congreso Eucarístico) con los pobres de toda clase del Paraguay (indígenas, campesinos sin tierras y desalojados, bañadenses amenazados de salir, sin trabajo, etc.) es muy peligroso (pero muy peligroso) para los que tienen el poder económico y político, porque los cuestiona a fondo.
Abriría una brecha en el Paraguay entre los narcos, corruptos, politiqueros, traficantes de los bienes del Paraguay, usurpadores de su tierra, etc., y los que queremos un nuevo Paraguay.