Lo terrible es que “el pueblo no puede decidir” por los cauces normales fijados precisamente por este Gobierno. ¿Por qué? Por herencia stronista todavía existe miedo al partido, a la autoridad, a las represalias. Y una decisión con estos adjuntos negativos, no es respuesta libre.
Por una educación de muy baja calidad, ex profeso impartida para tenerle sometido, tampoco el pueblo puede decidir. Cuanto más ignorante sea, más fácilmente hará lo que se le diga.
Por estar la mayoría absorbida en buscar el pan de cada día, sin saber si lo tendrá mañana, no puede reflexionar a fondo la situación y por hambre aceptará un cincuenta mil que le darán para dos días. Por vivir desamparado con facilidad va a creerse todas las falsedades que en los MCS y desde el Gobierno le van a decir. No tiene puntos de referencia para comparar.
Da pena escribir todo esto porque estoy hablando de un pueblo bueno, acogedor, honesto, que se inmoló casi en su totalidad en la Guerra Grande, que ganó la Guerra del Chaco. Estoy hablando de una juventud que logró frente a Lino Oviedo Dictadura, nunca más en el Marzo Paraguayo, de unos secundarios que cesaron a una ministra y de universitarios de UNA no te calles.
Pero, como escribía anteriormente, es un pueblo también empobrecido, entrampado, desalojado de sus tierras o bañados, ignorante, disminuido en su dignidad por el autoritarismo.
El Paraguay se está hundiendo. El pueblo no decide. La única solución: apostemos por la dignidad de este pueblo. Ayudémosle a tener conciencia de lo que ocurre. Fomentemos su unión y organización. Así este pueblo, ya despierto, decidirá y… ¡¡¡venceremos!!!