Xi y Park mantuvieron un encuentro al margen de la cumbre del G20 en la ciudad china de Hangzhou después de la decisión de Seúl de instalar en su territorio el THAAD para contrarrestar la creciente actividad militar de Corea del Norte.
“Una gestión inadecuada del problema no propicia la estabilidad estratégica en la región y puede intensificar los conflictos”, dijo el presidente chino, que considera una amenaza el proyecto previsto por Corea del Sur y Estados Unidos.
En la reunión, Xi reafirmó el compromiso de China con la desnuclearización de la península coreana, e insistió en que la vía para resolver la disputa es el diálogo.
En ese sentido, el mandatario chino urgió a retomar las conversaciones a seis bandas (China, Japón, Rusia, EEUU y las dos Coreas), paralizadas desde 2009, y, bajo este marco, considerar los puntos de vista de cada uno de los países implicados y abordar los “síntomas y la raíz” del problema.
La instalación del THAAD trata de garantizar un sistema de defensa seguro para interceptar proyectiles de Corea del Norte, después de que el régimen de Kim Jong-un mostrara importantes avances en sus programas armamentístico y nuclear.
No obstante, los gobiernos de China y Rusia consideran que los potentes radares pueden servir para obtener datos de inteligencia de sus bases militares más cercanas y lo contemplan como una amenaza directa a su seguridad.