Todo el aparato electoral, de los movimientos con más poder y arrastre, se mueve de similar manera al de los partidos políticos tradicionales.
Con excesivo celo se sigue cada punto y coma que se anota en las papeletas. Se discute en cada mesa la legalidad de una acción determinada.
Se percibe un ambiente de tensión que sube conforme avanza la jornada. Al final, el triunfo es celebrado con cánticos al más puro estilo de las tribunas de canchas de fútbol.
Todo esto se pudo notar el pasado viernes en el acto comicial en el que resultó electa Alejandra Vera, de la Alianza Victoriosa, coalición que aglutina a dos grandes movimientos: Frente Autónomo por un Centro Unido (FACU) y Universitarios Unidos (UN).
El escrutinio final dio cuenta de lo reñido de la puja electoral entre la nucleación vencedora y la liderada por Manuel Maioli, quien resultó segundo en los guarismos.
La participación de los demás candidatos fue casi hasta nominal (ver infografía).
“Toda la estructura demostró su lado más fuerte. Estuve en varias elecciones en Derecho y nunca vi un despliegue tan fuerte”, afirmó Camilo Gauto, candidato independiente.
Pese a que lograron meter dos de 24 miembros a la comisión directiva, no se esperaban atraer menos de la mitad de votos que se habían propuesto. Entiende que la gente decidió optar por el “voto útil” hacia la figura de Maioli, ya que era el otro candidato que tenía el “apoyo de la estructura”.
“Qué candidato consigue autorización para construir una sala de lactancia dentro de la facultad”, se pregunta. “Se nota que tenía respaldo del estamento docente”, lanzó sobre el candidato de la Lista 10.
En relación a la victoria de Ale Vera, disparó: “El cartismo triunfó en Derecho UNA”.
dedicatoria. La hija del ministro de la Senad, Hugo Vera, no desaprovechó la oportunidad para dedicar su triunfo al periodismo. “La voluntad popular pudo más que la prensa y el colegio electoral”, tiró, chocando ambas palmas de las manos en alusión a la repercusión mediática que tuvo su ostentoso cierre de campaña, donde sorteó un auto, un viaje y regaló bebida alcohólica y comida a los presentes.
Y no bajaron la guardia respecto al ataque a la prensa.
Tras el triunfo, una columna de simpatizantes de la Alianza Victoriosa elevó cánticos al más puro barrabrava, lanzando improperios de todo tipo en contra de la prensa. “Olelé, olalá, la prensa se la come, Ale se la da”, coreaban.