28 mar. 2024

Volver a las matrices culturales

Por Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

Este no es un país cualquiera, a pesar de que algunos líderes se empeñan en hacerlo parecer.

Venimos de un holocausto, ubicados geográficamente entre dos elefantes egoístas y aprovechadores de su condición, con un vecino al norte desconocido.

Somos un país joven con mentalidad y dirigencia viejas. Una nación de esfuerzo y sobrevivencia que se quedó tyre’y (huérfano, solo y desdichado) y con el complejo enorme de saber que cuando le va bien es cuando le va ir peor. Y, a veces, con una conclusión dramática: que las desgracias le vienen al que trabaja.

En este tiempo de resurrección deberíamos sacar lo mejor que tenemos. Una extraordinaria fuerza por sobrevivir que deberíamos cambiarla por la de vivir en un país pequeño en población que, sin embargo, pelea a muerte por un pedazo de tierra no necesariamente para hacerla fértil ni próspera.

Somos un país de gente pobre que vivía con dignidad y que enseñó a toda una generación a ser proba, honesta, esforzada y responsable. Personas que con lo que producían en sus capueras eran capaces de alimentar a su siempre numerosa prole sin esperar el vaso de leche de ningún gobierno atenazado por su conciencia y su incapacidad.

Somos un país que sacó la mejor generación que tuvo alguna vez con una pizarra portátil donde los maestros hacían “la magia de enseñar” sin requerir ni de kits ni de computadoras.

Nos fue bien cuando creíamos en los principios y en los valores. Nos va mal porque sencillamente los hemos olvidado.

Requerimos un reencuentro con las cosas simples que nos permiten ser orgullosamente paraguayos y universales. Sacar nuestros miedos y resentimientos aprendiendo que el otro es en quien perfeccionamos nuestras capacidades y expresamos la fuerza legitimadora del poder que es el amor.

Parece complejo, pero todo eso vive dentro de nosotros, aunque ahora parezca sepultado por las cenizas de un fuego del pasado.

Es cuestión de removerlo y volver a renacer como la vida misma, que en tiempos como los actuales parece no tener horizonte ni esperanza, pero que, sin embargo, vuelve a mostrarnos siempre la renovación permanente de la vida.

Cuando vemos hoy la reacción popular al escándalo de la corrupción, nos quedan a mano solo dos opciones: sumirnos en la depresión de que eso es parte de nuestra genética nacional o reencontrarnos con las bases matriciales, genuinas, del Paraguay de antes y de siempre.

Un pueblo sencillo, afectuoso, solidario, digno incluso en la peor de sus pobrezas, tiene la obligación de renacer para proyectar en las nuevas generaciones la esperanza de un futuro mejor.

Estamos compelidos a ser felices y a buscar que nuestros gobiernos se perfeccionen en directa proporción a lo que hacen para que la gente busque ese estado.

La peor de las corrupciones es el pesimismo que muchos con sus actos tratan todos los días de demostrarnos que “así nomás somos los paraguayos”, cuando en verdad si sobrevivimos aún es porque millones hacen todos los días algo que demuestra que algún día renacerá el Paraguay, porque habrá encontrado las claves de su personalidad como nación en sus bases matriciales.

Es cuestión de remover la ceniza para que retorne el fuego.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.