El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) indicó en un boletín que el coloso, situado entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, unos 50 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, mantiene una actividad considerada “dentro de los parámetros normales”.
No obstante, apuntó, se observan aún remanentes de flujos de lava que desaparecerán “en el transcurso de las próximas horas”.
El volcán de Fuego inició la octava fase eruptiva de este año a las 4:50 hora local (10:50 GMT) del miércoles, y descendió a las 12:00 hora local (18:00 GMT) de este jueves.
La actividad que presentó el coloso fue “efusiva” -emisión de lava-; y los flujos de lava aún descienden por las barrancas de Santa Teresa y Trinidad.
Ante esta situación, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) reportó además que aún se registran “algunas explosiones débiles” y que en el cráter se ven columnas de ceniza de unos 4.200 metros de altura sobre el nivel del mar.
Los sonidos han desaparecido, agregó.
La erupción del coloso, de 3.763 metros de altura, no representó mayor riesgo para la población, por eso no fue necesario realizar evacuaciones en comunidades aledañas.
De los 33 colosos que hay en Guatemala, el volcán de Fuego es junto al Santiaguito y al Pacaya los que se mantienen activos de manera permanente.