El experimento social consistió en seleccionar una serie de imágenes a ser mostradas a un grupo de personas.
Las primeras imágenes corresponden a personas de piel blanca realizando actividades cotidianas como correr, arreglar el jardín y pintando un grafitti en la pared.
Acto seguido las mismas actividades son realizadas por personas de piel morena y el cambio de conceptos es sorprendente.