Los integrantes de la Roja se encontraban realizando un partido de práctica y Antonio Pizzi hizo de árbitro, pero parece que no era muy riguroso. Eso molestó mucho a Vidal, quien observaba con mucha cólera cómo sus compañeros de equipo eran derribados y el argentino Pizzi no cobraba ningún tipo de sanción, dando carta libre a todo.
Al no sancionar las faltas, el jugador del Bayer Munich alemán estalló y comenzó a lanzar improperios hacia el entrenador.
Y, a falta de un minuto para que acabara la práctica, el autor del gol chileno ante la Albirroja dejó el campo, furibundo.