CARACAS, VENEZUELA
La oposición venezolana votó este domingo en un plebiscito simbólico contra el presidente Nicolás Maduro y su Asamblea Constituyente, con una contundente participación para presionar un cambio de gobierno tras casi cuatro meses de violentas protestas.
Según la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la convocatoria también tuvo una concurrida votación en casi un centenar de países.
Al cierre de la jornada se registraron hechos de violencia en Caracas. Una mujer de 61 años murió y otras tres personas resultaron heridas cuando pistoleros en motocicletas atacaron un centro de votación en el popular barrio de Catia (oeste), lo que provocó caos y pánico. Dirigentes de la oposición responsabilizaron a grupos de civiles armados afines al gobierno.
Sin el aval del poder electoral, el plebiscito no es vinculante, pero la oposición confía en que el resultado hará palpable el rechazo a la Constituyente, de 70% según la encuestadora Datanálisis, para obligar al gobierno a retirarlo.
En un fuerte pulso, el gobierno también movilizó masivamente a sus seguidores en un simulacro organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) -acusado de oficialista-, de cara a la elección el 30 de julio de 545 asambleístas de la Constituyente.
El presidente asegura que la Constituyente traerá la paz y recuperación económica al país, en tanto que la oposición afirma que con ese proyecto Maduro busca consolidar y perpetuar una dictadura.
No se vuelvan locos. "¡Y ya cayó, y ya cayó, este gobierno ya cayó!”, cantaban algunos opositores en Caracas, agitando banderas venezolanas, mientras conductores hacían sonar las bocinas, a la espera de resultados.
En un contacto telefónico con el comando de campaña de la Constituyente, Maduro envió un mensaje a los opositores: “No se vuelvan locos, les hago un llamado para que vuelvan a la paz, para que se sienten a hablar”, dijo, al pedir una “oportunidad” para su iniciativa.
Venezuela vive una fuerte convulsión con protestas que dejan 96 muertos desde el 1 de abril, y una de las peores crisis económicas de su historia, que asfixia a la población con severa escasez e inflación de tres dígitos.
“No conseguimos medicinas, cada vez alcanza para menos comida en la casa (...), votamos para sacarlos”, dijo a AFP Tibisay Méndez, en el sureste capitalino.
En el otro bando, en un parque del oeste de Caracas, María Trejos aseguró que el simulacro era apenas una “pequeña demostración de la gran victoria” del 30 de julio. “No podrán parar la Constituyente”, aseveró a AFP.
El analista Luis Vicente León opinó que, para sacar a Maduro, la oposición tiene el reto de movilizar en una “lucha pacífica” a quienes votaron el plebiscito; mientras que el desafío del gobierno es lograr legitimidad para una Constituyente que genera fuerte rechazo.
La convocatoria a un Constituyente causó una fractura en el chavismo, a la cabeza de la fiscal general, Luisa Ortega, quien no votó en la consulta aunque sí su esposo y diputado chavista Germán Ferrer y otros disidentes.
Ortega se acercó a saludar a un grupo de personas que votaba frente a la Fiscalía y fue ovacionada.
Respaldado por los poderes electoral, judicial y militar, Maduro da por hecho que tendrá de su lado a partir de agosto una Constituyente que regirá al país como un “suprapoder” por tiempo indefinido.