@vicsostoa
No se trata del cuento de un luchador libre, de un boxeador, de un gladiador, es la historia de superación personal de Óscar Chiquito Giménez, que tuvo una dura prueba puesta por la vida en su destino.
Su gran porte físico (1,96 m) y sus cualidades técnicas para jugar al fútbol, a temprana edad le permitieron ser tenido en cuenta por los entrenadores, que le hicieron saltar categorías y a los 16 años ya debutó en Primera (en el 2006), promocionado por Daniel Raschle, pero en el 2007 volvió a la Reserva.
Ese año en un partido contra Guaraní, sufrió fractura de tibia, peroné, rótula y además rotura de ligamentos laterales. Muchos vaticinaron que ya no volvería a jugar profesionalmente.
“Tuve una lesión muy grave, el arquero se me cayó sobre la rodilla. Me costó dos años volver a jugar. Mucha gente dijo que era el fin de mi carrera, pero gracias a Dios y al apoyo de mi familia hoy estoy en el club más ganador del país”, expresó a ÚH el jugador de Olimpia, autor del segundo gol ante Wanderers.
“El fútbol da revancha, la mayoría de las veces llega rápido, en mi caso tuve que esperar 9 años y eso se dio anoche. Estoy agradecido con toda la gente que me ayudó, en especial al profe Aldo Bobadilla”, aseveró el atacante, que volvió a jugar en Primera, por General Caballero, en el 2016.
“No hay palabras para explicar. Fue un desahogo de todo lo que pasé cuando marqué el gol. Lo de ayer (viernes) fue muy emotivo, muy lindo”.
“Fue de película lo que viví anoche (el viernes), fue una emoción única, inexplicable, solo si alguien puede estar dentro de uno podrá entender lo que sentí”, concluyó.
